El rastrillo de los pobres vuelve por Navidad en busca de apoyo y enviando mensajes de paz y solidaridad. Este año se sitúa en la Plaza Mayor 21, y puede visitarse hasta el 14 de diciembre. El objetivo es vender más de 3.000 artículos donados por particulares y empresas para ayudar al Comedor de los Pobres.
El rastrillo de los pobres lleva 19 años abriendo sus puertas a la solidaridad de los salmantinos gracias a la “buena voluntad” de las empresas y ciudadanos de la ciudad que donan productos y utensilios para recaudar dinero destinado a sufragar los gastos de El Comedor de los Pobres.
En esta edición se han recibido más artículos nuevos de tiendas que en otros años debido “a que la gente ve que hay más necesidad”, asegura la coordinadora del evento Rocío Ledesma. Entre los productos destacan 2.000 kilos de embutido ibérico de la zona, quesos de Hinojosa, ropa y bolsos nuevos de tiendas, antigüedades, patés, empanadas, libros, figuras, geles, y así hasta más de 3.000 artículos que estarán a disposición del público hasta el próximo domingo bajo el único objetivo de paliar “la necesidad atroz que hay en el comedor”.
Comedor de los Pobres
El centro beneficiario es El comedor de los Pobres situado en la c/ Juan de Villoria, cuya filosofía es ayudar “a todos los que llaman a su puerta”. En este año se han dado más de 20.000 menús, lo que supone cuatro veces más que en años pasados. La pobreza ha aumentado, según Rocío Ledesma, en 2014. Una visión que se agrava en vacaciones “porque las familias notan cuando los niños tienen que comer en casa”. Desde este centro intentan ayudar a todos pero las plazas son limitadas a 100 así que otorgan “lotes de alimentos” a familias que disponen de una tarjeta, un día y una hora para recibir el lote mensual.
Además, El Comedor de los Pobres ofrece una intervención familiar integral a familias con escasos recursos. En este año se han ayudado a más de 300 familias, se han otorgado más de 100 ayudas de alquiler o se han pagado más de 250 recibos de luz, agua o gas.
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