Joaquín Sabina sufrió este sábado un ataque de pánico que le impidió acabar el concierto de su reaparición en solitario en Madrid.
El Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid estaba lleno. Los 15.000 asistentes barrieron las entradas, como han hecho los que compraron su pase para el segundo concierto del poeta.
Todo iba como la seda, hasta que antes de comenzar los bises, Sabina se sintió mal, se emocionó o sufrió ataque de pánico: «Me ha dado un Pastora Soler, lo siento», reconoció ante su público, que se quedó sin la media hora de buses que estaba programada.
Miedo escénico o que Sabina se nos hace mayor y más vulnerable al torrente de emociones que le sobrevinieron ante su público madrileño. Sabina viene de hacer una larga gira por Latinoamérica sin problemas.