El secretario provincial del PSOE, Fernando Pablos, pidió este lunes la dimisión de Alfonso Fernández Mañueco, Julián Lanzarote y Fernando Rodríguez por la presunta financiación ilegal de la campaña de las municipales de 1999.
Pablos dio que denunciarán el caso ante los juzgados para que sea un juez el que diga que la responsabilidad penal ha prescrito (los delitos, en su mayoría, prescriben a los 15 años), pero que en este «caso gravísimo» hay responsabilidades políticas.
Mientras «se llega hasta el final para conocer toda la verdad» pidió la dimisión de Mañueco, actual alcalde de Salamanca y secretario regional del PP, y por entonces presidente de la Diputación y secretario provincial del partido, de Julián Lanzarote, actual senador por el PP y entonces presidente del PP salmantino y alcalde de Salamanca, y de Fernando Rodríguez, el fiel escudero de ambos en el partido y el Ayuntamiento, por entonces concejal y jefe de la campaña electoral y en la actualidad concejal y hasta hoy el destinado a coordinar los próximos comicios.
Pablos dijo que en 1999, «Lanzarote decidía, como presidente del partido, y Mañueco ejecutaba, como secretario provincial».
Guerra interna en el PP
El líder de los socialistas salmantinos está convencido de que el documento que este lunes difundió El País, «ha salido del propio PP«, porque es interno y manuscrito, y que es fruto de la «terrible bronca que tienen» en el seno del PP por la sucesión de Juan Vicente Herrera a la presidencia de la Junta, a la que aspira Mañueco. De cualquier modo señaló que «si sirve para conocer esto, bienvenido sea».
Pablos calificó de «indecente» el comunicado exculpatorio emitido por el PP en el que dice que sus cuentas están en el Tribunal de Cuentas, en la que, evidentemente, no figura el dinero negro. «Ahora solo falta que cuando pusieron A y B -en el documento de Fernando Rodríguez- digan que estaban jugando a los barquitos».
El PSOE recuerda que mientras el PP «abrasaba a impuestos» a los ciudadanos, recibía dinero de las empresas adjudicatarias de servicios municipales para financiar sus campañas electorales y «hacer trampas». «Así entendemos cuando decían que tenían el presupuesto más bajo y hacían cien veces más actividades que el resto de los partidos juntos», dijo Pablos.
