La estación de esquí de La Covatilla acaba de aclarar las cosas con Hacienda para evitar el embargo por el impago de sus obligaciones fiscales, y disipa el “peligro inminente” de cierre que se cernía sobre las instalaciones de alta montaña bejaranas.
Hacienda reclamaba a Gecobesa (la sociedad que explota La Covatilla) el pago de sus impuestos, pero por falta de liquidez no había podido hacerle frente a esos pagos.
Pos falta de liquidez y por un “malentendido” entre la Agencia Estatal Tributaria y el entramado que gestiona el programa de los Bautismos Blancos. Gecobesa le dijo en su día a los responsables de Hacienda que la liquidación del IVA del cuarto trimestre de 2013 arrojaba un saldo favorable a Gecobesa de 105.000 euros, cantidad a la que habría que sumar los 134.000 euros que espera cobrar de los Bautismos Blancos. Ese dinero era la garantía que aportaba la empresa para pagar sus impuestos.
Alarmas encendidas
El caso es que Hacienda fue a preguntar al Ayuntamiento y a la Diputación si realmente tenían ese contrato con Gecobesa, y respondieron que no. En Hacienda se encendieron las alarmas y pidieron explicaciones.
Fue entonces cuando se constató que, efectivamente, ni el Ayuntamiento de Salamanca ni la Diputación tenían contrato alguno con la empresa que explota La Covatilla. Ellos habían subcontratado el servicio a una empresa que se adjudicó el contrato y es la que tiene firmado los acuerdos con Gecobesa.
Un alivio
El director comercial de La Covatilla, Alberto Segade, explica que este “malentendido” ya se ha aclarado “para nuestro alivio”, con lo que desaparece el fantasma del cierre “inminente” de la estación de esquí. Al menos podrá acabar esta temporada, a finales de abril y primeros de mayo, con la Semana Santa de por medio, que suele ser una buena temporada.
Para la próxima aún no se sabe nada. “Ya veremos. La crisis es mala para todos”, comenta Segade, quien lamenta el mal trimestre que han tenido entre diciembre y febrero, con las pistas cerradas la mitad de los días por el mal tiempo, lo que se ha traducido en unos “malos resultados”.