Colas inmensas que bordeaban el centro comercial. Cientos de niños han podido sentarse en el regazo de Papá Noel y recibir de él caramelos
Llegado de lejanas y frías tierras, envuelto en su traje rojo y luciendo barba blanca, Papá Noel se ha acercado a compartir un ratito con los niños salmantinos.
Los ha cogido en su regazo y, aunque algunos lloraban al verlo, la mayoría han tenido ocasión de decirle que han sido buenos durante todo el año, que se han portado bien y que por favor, por favor, le traiga todo lo que han escrito en su carta.
Bonachón y con mucha paciencia, Papá Noel han disfrutado con las ocurrencias de los pequeños, porque al mirarlos a los ojos, sabía que era verdad lo que le estaban contando los cientos de niños charros que se sentaron en sus rodillas, después de haber estado esperando un año entero para verlo de cerca.
El Corte Inglés invitó a los asistentes a chocolate para paliar el frío y hacer más dulce la espera del mago de las nieves
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