El blanco se asocia al verano, pero es tan bonito ver como sobresale entre los colores oscuros del invierno
[dropcap]W[/dropcap]ear Winter White, o lo que es lo mismo, ponerse el blanco en el invierno. Atrás quedaron los colores que se identificaban con una estación, cuando el verano tenía la exclusiva del blanco y el invierno, del negro. Nada más lejos de la realidad, el blanco comienza a tomar protagonismo, bien es cierto que poco a poco, lo mismo que el negro en verano.
Además, el blanco es uno de los colores más elegantes de la paleta, a pesar de que siempre se ha asociado la distinción al negro, pero era porque unos siglos atrás, sólo podían vestir el negro más absoluto las clases pudientes, ya que era muy difícil teñir las prendas.
Por eso, los grandes de la moda, sólo hay que fijarse en las propuestas para este invierno de Dior o Chanel, entre otros, apuestan por incluir el blanco en gran parte de sus diseños invernales.
La calles siempre es un reflejo de lo que se ve en pasarela, incluso antes de que los diseñadores se pongan a crear, porque al fin y al cabo, ellos también se inspiran en lo que va marcando el asfalto.
Tienen personas que se ocupan durante todo el año de fotografiar, observar y anotar por dónde van las tendencias. Después ellos, con sus telas exquisitas y sus patronajes perfectos, logran verdaderas obras de arte que se mueven al ritmo que marca la cadencias de las caderas de las mujeres. Como dice Carolina Herrera: «Las faldas son preciosas. Se mueven muy bien y son muy femeninas. Hacen que las mujeres se vean realmente como mujeres”.
Volvamos al blanco. Las más atrevidas se compran prendas de abrigo blancas, las más tradicionales, lo llevan en los accesorios, pero es tan bonito ver una prenda blanca, una que sobresalga entre los colores invernales, que da la sensación que ya queda poco para que llegue el cálido verano, aunque aún hoy estrenemos el invierno.