Las redes sociales han interpretado rápidamente el mensaje del Rey, tanto la puesta en escena (fundamentalmente) como el contenido, aunque también ha habido nostalgia de los discursos del rey padre.
Había expectación por ver la primera comparecencia del Rey en el discurso de Navidad, y las redes sociales han diseccionado su aparición.
Lo primero que se ha echado en falta ha sido el Belén.
Luego se ha entrado a saco con la decoración del pisito y la estancia en sí misma, porque estamos en tiempos de austeridad.
Se ha bajado al detalle y el sofá se lleva la palma de las bromas,…
Como no se entendía muy bien su protagonismo, se ha producido cierto desconcierto
Se situó el sofá entre el monarca y la bandera, para que la enseña nacional no hiriera determinades sensibilidades soberanistas, pero se hirieron otras
El coste social de mostrar ese espléndio sofá ha sido muy elevado, aún sin evaluar. Además, fue el detonante para meterse con los detalles.
La decoración es muy delicada, sobre todo cuando hay tantos ojos pendientes. Y ha habido un detalle, aparte del sofá, que ha causado sensación. La foto de los reyes en su jet. Carne de cañón para los tuiteros.
Y entre los comentarios más suaves puede extraerse el siguiente:
O este otro, a vueltas con la austeridad y mostrándola mientras que hablaba de los intolerables índices de desempleo
Convenientemente abordadas las cuestiones del sofá, el jet, la planta de Navidad y el pisito, hay que entrar en el fondo de la cuestión. El contenido del mensaje.
De entrada, ha parecido que el rey ha sobreactuado, con tanta mano por aquí, por allá, y un discurso bienqueda,…
… pero a algunos no les ha convencido demasiado.
Vale, habló del paro, pero sin entrar en detalles
También habló de la crisis, pero sin demasiado corazón
Y de la corrupción, sin credibilidad
Total, que muchos echaron de menos a su padre, el rey Juan Carlos, por sus pecualiaridades.
En resumen, que algunos se han quedado ed esta guisa tras escuchar el mensaje avideño