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La nueva técnica solo se ha aplicado siete veces en España
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La receptora es una mujer que sufrió un infarto y no podía recibir un trasplante
El servicio de Cardiología del Hospital Clínico de Salamanca ha implantado un ventrículo artificial a una paciente que no podía recibir un trasplante de corazón.
Esta técnica, que solo se había utilizado en seis ocasiones anteriores en España, es la primera vez que se pone en práctica en Castilla y León y permitirá a la paciente prolongar su vida en buenas condciio9ones durante seis u ocho años, como mínimo, cuando le quedaban eses de vida.
La paciente, que sufrió un infarto el verano pasado, no respondió al tratamiento y su estado iba empeorando. Tampoco podía recibir un corazón trasplantado por su avanzada edad y por el deterioro de su salud, así que los cardiólogos del Clínico solicitaron a la Consejería de Sanidad autorización para aplicar esta técnica, que consistió en implantarle una bomba en el corazón.
Este dispositivo permite bombear diez litros de sangre por minuto a la arteria aorta y apenas le ocasiona molestias al paciente. Si e mujer solo tiene que llevar un pequeño bolso con los controles y las baterías que alimentan este dispositivo, mientras que en el caso de los hombres llevaría un cinturón en el abdomen en el que se alojan las baterías.
Los médicos tuvieron que recibir formación específica en Hannover (Alemania) donde es más frecuente el uso de esta técnica, porque allí tienen menos donaciones de corazones para hacer trasplantes.
Trabajo en equipo
Una vez de regreso, contaron con el apoyo del resto de los servicios generales del hospital para realizar la intervención, que duró dos horas. A diferencia de otras intervenciones cardiacas, no hubo esternotomía, sino que solo se realizó una pequeña incisión bajo el pecho izquierdo, otra de dos centímetros en el corazón para instar el ventrículo artificial, y la instalación entre la piel del cable que conecta el dispositivo con las baterías.
La paciente ahora tiene que aprender a manejar el control de su nuevo ventrículo y cuidarse de que las baterías tengan siempre carga porque de ello depende su vida. Además, tiene que aprender a curarse ella misma la herida que queda por donde sale el cable, para evitar tener que estar permanentemente en el hospital.
El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, felicitó al equipo sanitario por este logro que, según dijo, «pone de manifiesto el nivel de la calidad de las prestaciones de la sanidad pública en Salamanca y en el Hospital Clínico. Es un orgullo que el Clínico haya incorporado esta técnica y un empuje para el complejo sanitario de Salamanca que pone de manifiesto que en tiempos en los que se habla de recortes somos capaces de incorporar prestaciones y añadir servicios para mejorar la calidad de vida de los pacientes».
El jefe del Servicio de Cardiología del hospital, Pedro Luis Sánchez, señaló que hay que implantar esta técnica «despacio» y en principio hacer ocho o diez implantes de este tipo al año.


















