¡Éste no es mi juguete!

Este no es mi juguete[dropcap]S[/dropcap]eguramente en muchas casas se escuche esta exclamación durante estos días de Navidad y puede que algunos padres tengan que sufrir alguna rabieta de sus hijos.

Es triste ver la cara de los niños cuando abren los regalos que pidieron a Papá Noel y a los Reyes Magos y descubren que no corresponde con lo que pidieron. En algunos casos ni se parece.

Muchos padres se empeñan en seguir regalando lo que les gusta a ellos o lo que quisieron tener de pequeños y no le ofrecieron. Ciertamente no son conscientes del daño que producen en sus hijos.

Serán muchos los niños que tengan que aprender a vivir con la frustración y el desconsuelo el resto de sus vidas. Los primeros años son fundamentales en la formación de la personalidad y de como se vivan va a depender el futuro de los hijos.

No hay que confundir este detalle de ofrecer lo que los hijos piden en sus cartas, con el consentir.

Un niño consentido es el que siempre que abre la boca para pedir algo, lo obtiene al instante.

En este caso, los padres tienen que ser muy hábiles para conducir y conocer los gustos de sus hijos y que cuando decidan el regalo sea el más idóneo, pero también el que les produce ilusión, alegría y ganas de jugar.

Esta época de Navidad es tiempo para jugar con los hijos, para volver de nuevo a la niñez y recordar los primeros años, narrar a los hijos sus vivencias e incluso mostrar fotografías.

Los tiempos cambian y con ellos, los regalos y los juguetes. Adaptarse a los gustos de los hijos es fundamental para lograr una buena armonía familiar. Ni lo de antes era mejor, ni lo de ahora es lo más maravilloso. Centrarse en la actualidad y dejarse llevar por los acontecimientos, gustos y modas, puede ser positivo aunque también hay que procurar que cada miembro de la familia tenga su propia identidad y personalidad a la hora de elegir sus regalos.

Quiero recordar que no siempre el mejor juguete es el más costoso. Algunos niños piden en sus cartas juguetes sencillos y baratos, pero nunca le llegan. Quizá algunos padres se dejen llevar por el consumismo y “el qué dirán” antes que por el gusto de sus hijos.

Espero y deseo que en esta Navidad tanto Papá Noel como Sus Majestades los Reyes Magos les ofrezcan a todos los niños los juguetes y regalos que pidieron.

Ilustracción: Miguel González Cabezas

1 comentario en «¡Éste no es mi juguete!»

  1. Todo eso está muy bien, pero es dificilísimo de conseguir con los bombardeos propagandísticos que sufrimos cuando se acercan estas fiestas. Creo que la solución está en el diálogo, si ello es posible.

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