Hasta 1993, las puertas de la Casa de las Conchas habían estado cerradas para la gran mayoría de salmantinos. Este palacio de estilo gótico tardío, que data de finales del siglo XV, es uno de los edificios más icónicos de la capital del Tormes. Presidiendo la calle de la Compañía y vecina de La Clerecía, esta casa y su fachada, salpicadas de las conchas que le dan nombre, es lugar de referencia tanto para turistas como para los vecinos que pueden presumir de su belleza.
Alba Familiar / ICAL. El escritor gallego afincado en la capital charra, Gonzalo Torrente Ballester, escribía en su día que los salmantinos se despertarían una noche debido a un gran estruendo, y que iban a ser los muros de la Casa de las Conchas los que habrían caído, como denuncia al abandono que sufría. Afortunadamente, sus predicciones no llegaron a cumplirse, y sus puertas pudieron abrirse como sede para la cultura, custodiada en uno de los edificios históricos más destacados de la ciudad.
El próximo 10 de noviembre se cumplirán 30 años desde que este palacio se convirtió en un lugar donde las letras, el conocimiento y el encuentro entre personas serían protagonistas, con la apertura de la Biblioteca Pública, trasladada desde su antigua sede en la calle del Arco, y que desde entonces aúna cultura y turismo en un edificio “muy querido en la ciudad” que se recuperó para un uso que va más allá de las visitas.
Unos meses después de su inauguración su actual directora, Nona Domínguez, llegó desde Ávila para ponerse al frente de los comienzos de este espacio. Ahora, pasadas tres décadas, echa la vista atrás para la Agencia Ical y rememora cómo fueron esos comienzos y cómo todo ha cambiado al ritmo de la sociedad actual. De un momento donde las bibliotecas basaban gran parte de su trabajo en los préstamos materiales, principalmente libros, cuando la apertura de la sección de audiovisuales revolucionó el centro o la de la sección de guías y mapas era fundamental.
“Poco a poco fueron entrando todas las cuestiones que ahora nos parecen tan antiguas”, señala Domínguez, en relación a Internet, en unos años en los que la biblioteca estaba orientada al usuario y fue sufriendo una transformación “grande, pero paulatina”, en las formas de organización de fondos, distribuyéndolos en relación a la estructura del edificio. Desde las plantas más baja con los fondos de consulta, y subiendo hasta la quinta con los más específicos.
Una estructura que se mantiene en un lugar que ha tenido que reinventarse cuando la información ya se encuentra a golpe de clic. “Hemos notado un mayor descenso sobre todo en la parte audiovisual, de música y películas, que en su tiempo fue un hervidero de gente pero que poco a poco tenemos que ir cambiando”, explica la directora. No obstante, reconoce que todavía hay “muchísimo movimiento” por la gente que sigue apostando por leer en papel. Además, afirma que, aunque en Internet se encuentra “todo”, hay documentos que son difíciles de hallar, y más, de forma gratuita. Por ello, proporcionan alternativas como revistas que a veces son “de difícil localización”, tanto en los quioscos como en la web.
Movimiento cultural
Más allá del préstamo de libros, esta biblioteca se ha convertido en un movimiento cultural donde día a día hay actividades diferentes y trabajan para difundir “todo tipo de cultura”. La Casa de las Conchas es un lugar por el que, a diario, pasan “miles de personas”, según su directora, entre usuarios y turistas. Algo que hace de ella un lugar “muy conocido y muy visitado” y que ofrece sus salas como un lugar de encuentro, una “biblioteca social”.
“La gente viene con mucha confianza, con mucha soltura, y piensa que es un lugar que le pertenece, como debe ser, que es un sitio muy vivo”, presume Domínguez, orgullosa de la participación de los usuarios en cuanto a propuestas y la buena relación con las instituciones. Programas de música, actividades relacionadas con la cultura clásica o la tradición, y otras con actuaciones contemporáneas “difíciles de ver en la ciudad”. Teatro en espacios no teatrales mediante el programa Biblioescena, conversaciones en otros idiomas, 18 años de un taller de escritura o 13 ediciones de la mano de Portugal de un programa de literatura contemporánea con un autor de cada país, además de impartir una labor básica en tecnologías de la información y la documentación.
Estas son solo algunas de las actividades que convierten a este centro en un lugar que va más allá del estudio, con una oferta para un público muy variado y que consigue que la gente continúe disfrutando de la biblioteca. Pero entre todas ellas, Nona Domínguez destaca por encima una propuesta “única” en estos 30 años: los clubes de lectura. “Tenemos ahora mismo siete clubes, más cuatro clubes de lectura fácil y uno en lengua portuguesa, que se reúnen semanalmente o quincenalmente, y que mueven muchísima gente en la ciudad”, explica.
“La gente va cambiando, algunos clubes se van independizando, pero eso yo creo que es como un trabajo de biblioteca, en el sentido de difusión de la lectura y de difusión de una lectura de calidad que se aleja de la literatura comercial”, continúa Nona Domínguez, profundizando en una propuesta que es un ejemplo más de todo lo que un centro cultural puede ofrecer. Un lugar donde también buscan fomentar el encuentro, donde “hacer amigos, compartir intereses y compartir gustos”.
30 años de la Casa de las Conchas
La antesala de este 30 aniversario comprende un programa de actividades que ha comenzado este fin de semana. La Casa de las Conchas se llenará, hasta el próximo día 12, de colaboradores habituales con la biblioteca, artistas, músicos, intelectuales o escritores que conocen bien sus salas, o de encuentros que girarán en torno a la cultura, la lectura y hasta cuestiones medioambientales o de naturaleza.
Tras el pistoletazo de salida dado este viernes por el poeta Antonio Colinas en conversación con Juan Figueroa, la música continuó como protagonista este fin de semana, con ‘La Biblioteca baila. Rai entre amigos’ de la mano de Rai Anciola el sábado, y este domingo el Concierto del Mediodía, ‘Danzas a orillas del mar’, sirve de homenaje a Sorolla.
Durante la próxima semana continúa la programación especial por este trigésimo aniversario con encuentros, microteatro de la mano de Raízde4 Teatro, o las funciones del grupo ‘Divinas ConMedias’. Además, no faltarán ciclos de debates ni conciertos desenfadados, junto a lecturas de poemas de la mano de escritores consolidados como María Ángeles Pérez López, Celia Corral, Víctor Bermúdez o Juan Antonio González Iglesias.
Un programa “ambicioso”, que puede consultarse completo tanto en la biblioteca como en la web de la Junta de Castilla y León, y que sirve como broche de oro para conmemorar 30 años de cultura, encuentro y participación en un edificio que acapara todas las miradas pero que, por dentro, aguarda aún multitud de sorpresas por descubrir.