La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha identificado 12 comarcas de seis provincias de la Comunidad, entre ellas la de Ciudad Rodrigo, como áreas de peligro alto de fuegos forestales, en función de la frecuencia y propagación, tras la elaboración de un “análisis minucioso” basado en las experiencias de los años precedentes, así como variables relacionadas con la meteorología de estas zonas, su baja accesibilidad, su volumen de combustión y la topografía, entre otros. A ellos se suman los índices de alta afección por fuegos originados por líneas férreas, cableado eléctrico, principalmente de alta tensión, por el tránsito en determinadas carreteras, lugares de mayor riesgo de caída de rayos por tormentas y por el desarrollo de la actividad agrícola.
ICAL. Se trata de la práctica totalidad del Bierzo, así como Laciana, Montaña Central Leonesa y La Cabrera (León), Sanabria y parte de Aliste (Zamora), la zona de Cervera de Pisuerga (Palencia), Merindades y Aranda de Duero (Burgos), Valle del Tiétar y el del Alberche (Ávila) y la comarca de Ciudad Rodrigo (Salamanca). En nivel medio de incendios se encuentran casi toda la periferia regional; y en bajo, comarcas puntuales del centro de la Meseta.
Así lo establece la propuesta del Plan Anual de Prevención, Vigilancia y Extinción de Incendios Forestales para el año 2024, consecuencia del real decreto de medidas urgentes en materia de incendios forestales publicado el pasado año en el BOE por el Gobierno central, y a través del que también se modificó la Ley de Montes. A pesar de que solo era necesario someter este borrador a publicidad previa, fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio consultadas por Ical argumentaron que lo han hecho en información pública para “ser aún más purista”.
El Plan contempla las mejoras adoptadas en los acuerdos del Diálogo Social, suscritos en septiembre de 2022, y que refleja una dotación de 127 millones hasta 2025. Cuenta con índices de riesgo para “determinar las zonas con más probabilidad de incendios, que “cada año puede variar por la meteorología y otras condiciones que marcan las masas forestales”.
Por ejemplo, señalaron a Ical que si se tiene conocimiento de una nueva gasolinera en un punto concreto junto a un área forestal, el nuevo plan ya lo recoge y lo tiene en cuenta para establecer medidas preventivas y “priorizar unas zonas sobre otras”. De ahí la importancia de elaborar un análisis todos los años.
También tiene relevancia por cuestiones de subvenciones de libre concurrencia competitiva para la prevención de incendios, tanto para empresas, ayuntamientos o para los propios trabajadores del operativo regional, que con este plan “focalizan el trabajo en esas zonas con más peligro que en otras”.
El Plan Anual, que parte de la premisa como “algo general”, se desarrolla de forma pormenorizada más adelante, con el objetivo de dirigir al personal hacia aquellas zonas con más probabilidad de que sucedan incendios, siempre sin dejar desamparado el resto de la Comunidad. Con este documento, el departamento que dirige Juan Carlos Suárez-Quiñones puede flexibilizar la utilización de las cuadrillas terrestres, que “se contratan por varios años para una zona concreta”, pero al tratarse de casos pluricomarcales, “en función de este análisis te las llevas a una zona u otra”.
Como ejemplo, una nueva cuadrilla con autobomba que se incorpora al operativo en 2024, la quinta este año, se situará en el entorno de Cuéllar y Cantalejo (Segovia)” de acuerdo a este análisis, como sucede con otra doble cuadrilla que se situaba en la zona de Ávila capital lo hará el próximo año en el Valle del Tiétar.
Actuaciones para zonas prioritarias
Para las zonas de frecuencia y propagación alta las medidas a adoptar, según el Plan, será el diseño y ejecución de actuaciones de selvicultura preventiva, introducir criterios de priorización en las líneas de ayudas públicas para esta prevención, priorizar las ayudas públicas a la asociación o agrupación de propietarios y productores forestales, así como la puesta en marcha de aprovechamientos de madera y biomasa que permitan reducir la carga de combustible, integrar la identificación de estas áreas en las plataformas informáticas de apoyo a la gestión de emergencias y a la extinción para aplicar despachos contundentes desde el inicio del incendio en época de peligro alto.
Además, se plantea en los principales macizos actuaciones de ruptura de la continuidad horizontal en puntos estratégicos mediante alternativas sostenibles y estudiar las condiciones sinópticas y los incendios tipo que se pueden dar en cada una de las zonas del territorio.
Operativo
En cuanto al operativo, la Consejería contará en 2024 con 128 cuadrillas terrestres: 111 romeos (seis peones, un capataz, un todoterreno y una pick up), 16 november (similares pero destinadas a comarcas con más siniestros) y una dotación de personal fijo discontinuo. Además, existen otras cuadrillas terrestres que están integradas en el operativo, cuatro de ellas pertenecientes al Ministerio de Defensa y tres del Organismo Autónomo de Parques Nacionales. La Comunidad cuenta con 32 máquinas asociadas a los diferentes contratos de retenes de maquinaria y buldócer cortafuegos.
Además, el operativo dispone de un total de 94 autobombas propias –28 de ellas con dotaciones nocturnas, 132 pick-up con depósito de agua y otras 87 autobombas en convenios de colaboración con ayuntamientos y diputaciones.
En la campaña 2024 se sumará una nueva unidad de Brigada y Autobomba compuestas por una cuadrilla de siete personas (un capataz y seis peones especialistas) y dotadas de un camión autobomba de doble cabina y un vehículo pick-up, con lo que serán ya cinco, formato que se utilizó por primera vez este año.
Igualmente, el Plan Anual de Incendios recoge mejoras en el operativo en medios aéreos, con 22 helicópteros y un avión, a los que se suma una decena de medios aéreos del Miteco. Las bases se distribuyen en función de los índices de peligro definidos y cada una de ellas lleva asociada una zona de despacho automático formada por los términos municipales del entorno.
Por otro lado, el Plan contextualiza que Castilla y León cuenta con una amplia red de caminos y pistas forestales, más de 250.000 kilómetros, y de ellos, más del 40 por ciento atraviesan o dan servicio a terrenos forestales. La Junta prevé para 2024 una inversión de 1,7 millones para la ejecución de este tipo de labores en una superficie que ronda las 3.500 hectáreas.
Sobre los puntos de agua, el inventario eleva la cifra a 1.863. Se prevé, en el marco del Plan Anual, un análisis de su distribución para garantizar una red adecuada de puntos para helicópteros que faciliten tiempos de cadencia de las descargas inferiores a 10 minutos, “priorizando en función de la capacidad de inversión, la construcción de puntos en las zonas más deficitarias y con mayor peligro y riesgo de incendios”.
Además, la comunidad cuenta con una red de 171 puestos de vigilancia, un sistema formado por 104 cámaras distribuidas en cinco provincias: 22 en Ávila, 19 en León, 23 en Salamanca, 22 en Soria y 18 en Zamora. Sus emplazamientos “están estratégicamente repartidos, cubriendo la mayor parte de la superficie forestal de cada provincia”, salvo en la provincia de León que están localizadas en las comarcas del Bierzo y limítrofes.
Mejoras físicas
Entre las mejores planteadas para el próximo año se encuentra la continuación de las obras del helipuerto de Oterico (León), la ampliación, adecuación y mejora de las bases de Barco de Ávila (Ávila) y Cueto (León) y la ejecución de la mejora de la base de Villardeciervos (Zamora) en cuanto a su operatividad aeronáutica.
Además, se prevé implantar el uso de una aplicación móvil Android de radiocomunicaciones que permite utilizar el móvil como equipo de radio con pasarelas entre la red virtual y la de radiocomunicaciones analógica, con lo que a través de la app del móvil se podrán mantener comunicaciones con el resto de los equipos analógicos de la red.
Histórico
En Castilla y León, la media anual de la superficie forestal quemada durante el histórico muestra un patrón decreciente. El promedio anual durante este periodo de tiempo es de 30.850 hectáreas afectadas. Las dos anualidades con mayor superficie son 1985 (105.726 hectáreas) y 2022 (83.014).
En el periodo 2013-2022, de los 14.499 incendios, 49 están catalogados con grandes incendios forestales (más de 500 hectáreas). Aunque no suponen ni el uno por ciento del total de siniestros, sí son los responsables del 65 por ciento de la superficie forestal afectada en el periodo. En estos últimos diez años, el 56 por ciento de los fuegos fueron intencionados, uno de cada cinco, negligencias, el 15 por ciento, accidentales, el ocho por ciento a causa de rayos, y un dos por ciento, reproducciones. Hay un cuatro por ciento cuya causa es desconocida, si bien las superficies forestales afectadas en función de la distribución de las causas es de un 40 por ciento para los intencionados y un 30 para los rayos.