Texto y foto: Zuriñe Murillo.- La exposición Leonardo da Vinci. Observa. Cuestiona. Experimenta, ubicada en la Plaza Anaya hasta el 12 de diciembre, conmemora el quinto centenario de la muerte de Leonardo da Vinci (1452-1519). La muestra pone el foco en su rasgo más esencial: su curiosidad insaciable. Pintor, escultor, dibujante, ingeniero, arquitecto, filósofo, inventor…
En definitiva, fue un auténtico polímata que, a diferencia de sus contemporáneos, tuvo acceso al conocimiento a través de un método basado en la observación, la experimentación y la analogía.
Así, Leonardo da Vinci. Observa. Cuestiona. Experimenta se plantea como “una experiencia para entender la vida como lo hacía el propio Leonardo da Vinci”, en palabras de Érika Goyarrola, asesora de la muestra organizada por la Fundación La Caixa.
De esta forma, pretende conectar la metodología de trabajo del artista con nuestra vida cotidiana por medio de un lenguaje accesible al público más joven, con el propósito de estimular la creatividad y fomentar la curiosidad.
En el interior, los visitantes podrán disfrutar de una gran proyección audiovisual a modo de bienvenida, la cual presenta un día corriente de cualquier persona, aunque se inspira en la mirada de da Vinci.
Más tarde, se encontrarán con siete juegos interactivos que proponen retos muy diversos y, a través de ellos, tomaremos conciencia de la importancia de la curiosidad, la observación, la imaginación o la capacidad de cuestionar teorías inmutables e ideas aprendidas. “En definitiva, es una muestra que fomenta el trabajo en equipo, que promueve una manera diferente de pensar”, según Goyarrola.
La interacción prosigue en el exterior con la exhibición de cuatro maquetas de inventos e ideas a escala real, que se han podido reproducir gracias a la conservación de los manuscritos donde Leonardo realizaba los bocetos. Para su realización, se ha empleado tecnología punta y se ha contado con un equipo de ingenieros especializados en la construcción de robots y prototipos.