La iglesia San Martín de Tours recupera su esplendor

La iglesia de San Martín de Tours ha recuperado todo su esplendor gracias al plan Románico Atlántico, promovido po rla Junta de Castilla y León y la Fundación Iberdrola.

La intervención se ha centrado en la restauración e iluminación del interior del templo, que permite acomodarlo a los requerimientos de un espacio situado en pleno corazón de una ciudad histórica, que compagina su uso litúrgico con el interés artístico e histórico que despierta entre los muchos visitantes que pasan cada día frente a sus puertas. Los trabajos han consistido en la recuperación de morteros y acabados originales.

Según el presidente de la Fundación de Iberdrola España, Ramón Castresana, el templo era conocido como un espacio gris, lúgubre, triste y sin luz; sin embargo, “ha recuperado su carácter original, su carácter románico, la belleza de la piedra salmantina, este color que nos da esa calidez, reforzado quizás también con la iluminación tanto artificial como natural con unas mallas de latón, que refuerzan también ese color de la piedra de Salamanca y que le está dando no sé si alegría, pero sí riqueza a todo lo que es el conjunto de la Iglesia”.

Esta actuación se sumó a otras intervenciones de urgencia, como las realizadas en el primer tramo de la nave del Evangelio, sobre la llamada Puerta del Obispo, que concentraba la mayor parte de los daños.

Del mismo modo, se recuperó el acceso por la puerta norte del templo y se acondicionó un punto informativo y de recepción de visitantes. Asimismo, se mejoró el acceso a la capilla del Carmen, donde se conserva una rica portada románica con policromía original y se le dotó de una iluminación más acorde con el conjunto.

En total, todas las reformas han supuesto un presupuesto de más de 500.000 euros. Y tal vez esta no sea la última intervención, pues en una iglesia tan histórica como la de San Martín de Tours el trabajo parece no tener fin. De hecho, han confesado que todavía quedan pequeñas cosas por mejorar; por ejemplo, poner en marcha el reloj de pared, que es el más antiguo de la provincia; rescatar el baldaquino procesional que se sacaba el domingo después del Corpus en procesión por la Plaza Mayor; y alguna otra “joyita oculta” para que todo el mundo pueda disfrutarla.