Las luces de los coches suponen uno de los elementos esenciales para circular con seguridad. Por ello, mantener limpios y en buen estado los faros resulta vital tanto para que el alumbrado sea el necesario, como para evitar multas y pasar sin problemas la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
Para limpiar y dejar como nuevos los faros existen diferentes trucos que únicamente emplean productos caseros, habituales en todos los hogares. Uno de los más conocidos, a la par que efectivo, únicamente requiere de dos productos, que son el bicarbonato y el zumo de limón.
En primer lugar, se debe exprimir un limón, echando el zumo en un recipiente, donde posteriormente se añadirán dos cucharadas de bicarbonato. Una vez bien removida la mezcla, simplemente hay que frotar el faro con un trapo o esponja empapados en la mezcla.
Otros conductores optan por cortar a la mitad el limón, echar bicarbonato encima y frotar directamente el faro. Por otro lado, también existen otros métodos que emplean productos caseros. Entre ellos, destacan la mezcla entre vinagre y bicarbonato, que se aplica de la misma manera que la de zumo de limón, así como la pasta de dientes.
Junto a estas técnicas, también hay disponibles en el mercado diferentes productos abrillantadores. Además, también se puede recurrir a profesionales del sector para que lleven a cabo el pulido de los faros.