Nueve candidaturas a los Goya merecen un rato de charla con Javier Martínez y Fernando Alcaraz ‘padres’ de Momonsters. Se nota que están felices con su criatura. Les brillan los ojos al ver que ha crecido fuerte y sana –ha pasado de app a serie y ahora a película-. La conversación transcurre en su oficina, donde se respira buen ambiente.
¿Cuánto súpermola tener nueve candidaturas a los Goya?
Javier Martínez. Estamos muy contentos, pero hay muchas películas excelentes este año. Animación está muy competido. Está Trueba, Vergel,… con sus películas. Eso sí, ya solo con las candidaturas estamos ilusionados.
Curiosamente, Salamanca puede ser de las provincias que más directores ofrece a la industria. ¿Cómo está su sector aquí?
J.M. Hay directores súper establecidos en la industria, Rodrigo Cortés, Jesús Colmenar, Chema de la Peña, así como músicos, tenemos a Víctor Reyes. Es una ciudad que ha dado grandes personajes vinculados al cine, pero es cierto que no termina de haber industria. Nosotros nos hemos quedado aquí como el pueblo galo…
¿Quién es Asterix y quién Obelix?
J.M. Dependiendo del día.
Fernando Alcaraz. Por tamaño, yo soy Obelix.
(Carcajada)
J.M. Intentamos generar industria aquí y que quién quiera dedicarse a esto, se pueda quedar a vivir, porque el nivel de vida es fantástico. En nuestra anterior productora, también aquí en Salamanca, trajimos a dos americanos de Disney, decían que era fantástico vivir aquí, que si más personas conocieran esto, vendrían a trabajar aquí.
F.A. Salamanca, con sus universidades, es una ciudad que emana cultura. Es normal que salgan directores, porque el arte y la cultura se viven desde pequeño. Vengo de Valencia y al llegar aquí ves que esto es espectacular. Es normal que estos perfiles salgan. Pero, como dice Javi, montar una empresa aquí es difícil, como lo es tener recursos. Desgraciadamente, todos los que se ha mencionado tienen que irse a producir fuera.
Han hablado de las universidades. Momonsters divierte enseñando. ¿En su equipo hay graduados de Bellas Artes, Psicología, Pedagogía, Educación,…?
J.M. Hay más, porque nosotros hacemos animación, por lo que hay una parte técnica, donde hay físicos, matemáticos, informáticos,… y la artísticas, hay personas de Bellas Artes, de Comunicación Audiovisual, de Periodismos. Nosotros utilizamos pedagogos o psicólogos para crear Momonsters, pero no los tenemos en la empresa, porque no es un trabajo a tiempo completo. Indirectamente, contamos con este tipo de perfiles, que nos ayudan a lo que nosotros no sabemos hacer, como es el trato con los niños, cuáles son sus intereses,…
F.A. De hecho, en su día cogimos becarios que están trabajando a nivel internacional. Si le das la oportunidad a los alumnos de las universidades de Salamanca pueden llegar a las empresas más punteras del sector.
Volvamos a los Goya ¿veremos a Haha, Hehe, Hihi, Hoho y Huhu desfilar por la alfombra de la fiesta del cine español?
J.M. Si al final nos nominan…. algún guiño haríamos. Déjanos pensar.
F.A. Algo haremos.
¿Qué personalidades tienen cada uno de ellos?
J.M. Hemos intentado trasladar las cinco personalidades más típicas de los niños. Haha es la típica niña que es mayor que los demás, toma el rol de líder y dice cómo hay que hacer las cosas. Es un poquito mandona y presumida. Hehe es el chico tímido e introvertido que le cuesta hablar con los demás, le da miedo las novedades, tartamudea. Hihi no para de moverse, de inventarse cosas, quiere probarlo todo, tiene mucha imaginación. Hoho es el bonachón, juega con cualquiera y a cualquier cosa. Está dispuesto a ayudar a sus compañeros y tiene una forma de pensar distinta a los demás. Todos conocemos a un niño que sorprende con lo que dice, con cómo razona. Le pusimos los zapatos de diferente color para intentar plasmar esto, su forma de pensar. Por último, está Huhu, que es el que está descolgado en edad, el hermano pequeño que siempre va detrás de los mayores y quiere seguirlos.
Momonsters se puede ver en 100 países. ¿Estas singularidades las podemos extrapolar a todos los niños y niñas del mundo?
J.M. Creo que sí.
F.A. La forma de ser de los niños es así. Hay niños interactivos en todo el mundo, al igual que introvertidos. Al final, cuando estuvimos viendo la parte que queríamos incluir de aprendizaje, los pedagogos nos decían que encajaba muy bien. Incluso como se educa hoy en día a los niños es muy similar en Europa o Estados Unidos. Hay ciertas partes del curriculum oficial del europeo y americano que varían un poquito. Se enseña igual y los niños se comportan igual, porque son niños. Es al crecer cuando empezamos a variar y nos afecta más el aspecto cultural.
J.M. Hasta los seis años, que es el público de la serie, la educación es muy parecida en todas partes. Es a partir de esa edad cuando ya cambia mucho en cada país.
F.A. Es cierto que nosotros analizamos el mundo occidental América del Sur, Estados Unidos y Europa.
J.M. Aunque ahora la serie ha llegado a Corea y China y vemos que está funcionando muy bien.
Parece que con la fórmula de diversión y aprendizaje han encontrado la gallina de los huevos de oro. ¿La están exportando a otras producciones?
J.M. Con Momonsters queríamos divertir y enseñar a los niños ofreciéndoles juegos nuevos, deportes, fomentar la lectura,… el problema que teníamos es que cuando nosotros éramos pequeños, había series como Érase una vez la vida, que eran evidentemente didácticas. Cuando fuimos al mercado, los distribuidores nos dijeron que no podían comprar una serie que fuera evidentemente educativa, que si los niños, a día de hoy, percibían que intentabas enseñarles, cambiaban de canal. Tenían mucha oferta, no era como antes que solo había un canal. Había que ser muy cuidados en cómo lo hacíamos, había que ser muy sutil.
F.A. Voy a decir una cosa, porque Javier, que es el director creativo no lo dirá. No existen fórmulas. Él cuando está pensando, busca algo que le guste, no se ciñe a seguir en la misma línea, a calcarla porque haya funcionado. Además, Javi ya tiene varios proyectos en mente y no tienen porque ser así necesariamente.
¿Esos nuevos proyectos incluyen animación para adultos?
J.M. De momento no estamos haciendo nada para adultos, pero nos encantaría. Apetece cambiar después de haber trabajado para niños tan pequeños. Sí que estamos trabajando en proyectos familiares, no preescolares.
Su público crece…
J.M. Sí. Lo bueno que tiene es que es un público que crece deprisa. Entre los tres y seis años tenemos una cantera nueva todos los años.
¿Cómo son sus reuniones de trabajo? Por curiosidad, ¿se meten en la cocina y hacen cake cakes como los Momonsters?
J.M. Ojalá. Pero, no nos da la vida para hacerlo. La oficina ha cambiado después de la pandemia. Lo bueno de nuestro sistema de trabajo es que permite teletrabajar sin problema. De hecho, hemos co-producido con estudios de Tenerife, Andorra y Barcelona, porque nuestra herramienta es el ordenador. Lo que hacemos es que un día a la semana, nos juntamos todos. Montamos algún tipo de evento, donde hay gominolas y mucho más. Intentamos que nuestra gente esté a gusto, porque es una industria en la que hay mucha competencia por los recursos. Es muy difícil encontrar animadores, riders,… los perfiles que trabajan en la industria están muy demandados y tienes que cuidar a tu equipo. Si alguien te funciona bien, intentas que siga contigo y no es solo una cuestión de dinero, es que estén bien, que puedan compatibilizar su vida profesional con la familiar y personal; que haya un buen ambiente de trabajo y un horario flexible.
Salamanca en ese punto, como dijeron antes, es una ciudad ideal.
F.A. Totalmente.
Adelántenos. ¿Los Momonster tendrán una larga vida?
J.M. Mientras nos dejen, vamos a seguir produciendo Momonsters. De hecho, tenemos planificado la tercera temporada de la serie y nos encantaría hacer una segunda película. Depende de cómo funcione, que se estrena el 6 de diciembre en los cines.
Es buena época.
F.A. Sí. Además, si funciona, nos marcará el camino. Para nosotros, enlazar dos producciones seguidas es complicadísimo. La fórmula de hacer una serie y después una película, nos ayudaría mucho tener una parte del equipo trabajando en Momonsters y podríamos tener otra en los proyectos que van surgiendo.
¿Cómo cuáles?
J.M. Animágica. Es un largometraje familiar, en el que llevamos trabajando mucho tiempo y es más ambicioso a nivel de presupuesto. Por eso, estamos tardando tanto en levantarlo.
Desde aquí, lanzamos la propuesta para todos esos productores que quieran apostar por Animágica.
J.M. Tenemos un proyecto maravilloso, que trata de quién cura el miedo al agua de una sirena, el pie de atleta de un bigfoot o la jaqueca de una hidra con ocho cabezas,… Los veterinarios de animales mágicos, los animágicos, ese es el argumento de la película.
1 comentario en ««Intentamos generar industria porque es fantástico vivir en Salamanca»»
Qué pena que no me toque una primitiva para trabajar con vosotros y poder convertir SA en una industria internacional de la animación. No estaría nada mal invertir en ello. Espero a Navidad!!Felicidades. Iré a veros al cine.