Van cerrando los oficios de toda la vida, entre ellos el de cuchillero. Uno de los de toda la vida de Salamanca, Benito Marcos, cierra por jubilación Cuchillería Manolo, una de las últimas que queda en la capital.
Por. Lucía Almaraz
Ferreterías y cuchillerías son negocios que van ´chapando´ en Salamanca, la Cuchillería Manolo es una de las pocas que quedan en la ciudad y pronto también cerrará sus puertas por jubilación. “Nadie de la familia va a continuar, se va a cerrar”, explican Mari Carmen y Benito Marcos, matrimonio que heredó el negocio de sus padres hace muchos años.
Cuchillería Manolo está situado en la avenida Portugal y es reconocido por todos los vecinos, quienes siguen acudiendo para hacer copias de llaves, afilar cuchillos o tijeras o comprar otros productos relacionados con el hogar o herramientas.
Con la llegada de Internet y las consecuentes compras online, este tipo de negocios empezó a decaer en ventas. “Han cambiado mucho las ventas, ahora con Internet, están de capa caída”, explica Benito Marcos. Muchos, como esta cuchillería, se resignan a la era tecnológica, “a los negocios pequeños nos ha afectado muchos, pero como nos jubilamos tampoco hemos puesto ninguna medida”.
Pese a su conformidad, siguen atendiendo con una sonrisa de oreja a oreja, “como se ha hecho toda la vida”. Sus clientes son fijos “de la zona, Salamanca en general, de los pueblos…”. Esos fieles compradores vienen a la cuchillería a adquirir todo tipo de productos, por mínimo que sea, “muchos van y vienen, pero seguimos teniendo clientes fijos, siempre vienen a comprar algo”.
Las ventas han cambiado mucho en estas décadas desde que heredaron el negocio, “cambiado todo, menos el trabajo de afilado. Han cambiado los tipos de productos que ofrecemos”, explica Mari Carmen.
Ellos vendían muchas tijeras y cuchillos, “sobre todo con las matanzas, pero ahora como hay menos, las ventas caen, todo influye”, añade. Aun así, echan la vista atrás, recuerdan que “teníamos muchas referencias, traíamos lo que el público nos pedía”.
Ambos aseguran que van a echar mucho de menos su negocio, pero sobre todo, “a la gente y la gente a nosotros también”, cuentan entre sonrisas.
Aun así, consideran que es muy importante seguir apoyando el comercio local y el pequeño negocio, sobre todo por la cercanía, que en las grandes superficies no se ofrece. “La gente de nuestra edad sí prefiere la cercanía, tocarlo, probarlo… Hay jóvenes que sí vienen, pero compran más por Internet. Hay que apoyar al comercio de proximidad, porque si no qué hay en una ciudad… Como el pequeño negocio cierre todo se va al carajo, se quedan las calles vacías. El sector servicio ahora se mantiene gracias al pequeño comercio, dentro de nada no habrá tantos servicios”, concluye Mari Carmen.
7 comentarios en «Se jubila uno de los últimos cuchilleros de Salamanca»
Grandes profesionales que siempre me han atendido estupendamente y con una sonrisa en la cara.Os echaremos de menos pero os toca disfrutar de la vida.Mis mejores deseos
A las grandes superficies habría que ponerles algunas restricciones pero ayuntamientos y Junta de Castilla y León les tienden una alfombra y les permiten todo. Ahí está el Corte Inglés, con sentencias por infracciones urbanísticas condenatorias y no pasa nada. Hasta cambiaron el nombre de la calle, Federico Anaya por María Auxiliadora para que pareciera más céntrico.
Qué problema tienes con las grandes superficies? Los cientos de trabajadores que trabajan en ellas no tienen derecho a comer? Sólo el pequeño negocio tiene derecho? Explícamelo porque no lo entiendo.
las grandes superficies deberían pagar más impuestos. Esto haría más competitivo al pequeño comercio. Por ejemplo los grandes súper son fuente de una gran cantidad de basura. Hace unos días la presión de la industria ha conseguido que la Comisión Europea no prohíba los envoltorios de plástico en la fruta. La farsa continúa.
Las ventas por internet deberían prohibirse, son las culpables, no producen puestos de trabajo y se cargan el comercio…
La verdad es que da pena ver tanto local cerrado y la culpa en parte es nuestra, hoy podemos ir a las grandes superficies pero cuando los años se nos echen encima, entonces las grandes superficies no se van a acercar al barrio. Una pena.
Para Cándido, que comentario más coherente,es toda la verdad