La trastienda/ ¡Que el ruido no pare…!

A Mañueco le preocupa que Ana Redondo pueda proyectarse desde su ministerio como posible futura candidata a la presidencia de la Junta
Ana Redondo, Julio Carnero y Óscar Puente. (Ical)

Suspendida su agenda pública a causa del Covid (es la tercera vez que afecta el virus al presidente de la Junta, quien en agosto de 2021 hubo de guardar cuarentena y en junio de 2022 dio positivo), Alfonso Fernández Mañueco no asistió al pleno de las Cortes celebrado la pasada semana. Pero su ausencia no alteró la estrategia compartida por el tándem PP-Vox de convertir la sesión prácticamente en un monográfico contra la amnistía impulsada por Pedro Sánchez, sin que faltara, entre otras sutilezas, la consabida calificación de “golpe de estado” que encamina a España hacia una “dictadura”.

Todo lo anterior con la correspondiente bronca entre los “patriotas” instalados en el gobierno autonómico y los “vendepatrias” de la oposición, estos últimos damnificados una vez más por la desvergonzada doble vara de medir que aplica el presidente de la Cámara, Carlos Pollán. (En la sesión constitutiva de las Cortes siete procuradores socialistas fueron duramente censurados por negarse a dar la mano a Pollán; mucho me temo que, después de su actitud ante los continuos exabruptos proferidos por sus compañeros de Vox, sería ahora todo el grupo socialista y algún procurador más quienes negarían el saludo a un presidente tan descaradamente sectario).

Lo que sí trastocó el estado de ánimo del PP fue la composición del nuevo gobierno Sánchez conocido un día antes, del que, para sorpresa de propios y extraños, han pasado a formar parte a la vez los vallisoletanos Óscar Puente y Ana Redondo. La explicación de esta coincidencia es tan sencilla como que el primero es ministro por decisión personal de Sánchez y la segunda lo es a propuesta del director de su Gabinete, Óscar López (a ver si de una vez por todas se deja de considerar segoviano a López, que nunca lo ha sido y desde que salió por la puerta de atrás de Castilla y León ni siquiera de conveniencia).

Esa concurrencia de dos ministros pucelanos, que tanto sorprende al alcalde socialista de León, es la que ha dejado un tanto descolocado al “minarete” regional del PP y a sus notables vallisoletanos, comenzando por el alcalde de la capital, Jesús Julio Carnero, quien en su momento tuvo la ocurrencia de justificar su escaño en el Senado con el peregrino argumento de que así defendería mejor el soterramiento de las vías (si era por eso, ya no le hará falta estar media semana en Madrid para verse personalmente con el flamante ministro de Transportes, quien, sin ir mas lejos, el pasado sábado acudió a la manifestación del 25-M en Valladolid.

A Mañueco y a sus habituales acompañantes a las finales de la Champions (el «eslabón podrido» y el «primo de su primo») lo que les preocupa es que Puente arruine el mantra de que el pérfido Sánchez discrimina a Castilla y León en el reparto de las inversiones del Estado y que Redondo pueda proyectarse desde su ministerio como posible futura candidata a la presidencia de la Junta. De ahí que al PP de Castilla y León le vendría de perlas un nuevo adelanto electoral de las elecciones autonómicas aprovechando los comicios europeos, gallegos y vascos previstos a mediados de 2024.

 Con ello mataría dos pájaros de un tiro. De una parte, pillaría con el pie completamente cambiado al PSOE, enfangado estos próximos meses con el marrón de la amnistía y sin tiempo para que Puente actúe y Redondo agrande su figura (la opción alternativa a un amortizado Luis Tudanca sería en ese caso la Delegada del Gobierno, Virginia Barcones, de lejos el mejor activo autonómico de los socialistas). De otro lado, Mañueco se beneficiaría del más que previsible retroceso electoral de Vox, al que le volaría la presidencia de las Cortes y su presencia en la Junta si el PP logra aproximarse por sí mismo a la mayoría absoluta; el objetivo sería el mismo no conseguido en el adelanto anterior: ganar con el suficiente margen para poder gobernar en solitario en minoría como lo hizo Isabel Díaz Ayuso en Madrid en su anterior mandato.

Obviamente, ese eventual adelanto electoral solo puede producirse con la anuencia de Alberto Núñez Feijóo, quien tendría que sopesar muy mucho la reacción de Santiago Abascal, quién lógicamente consideraría esa maniobra como una operación hostíl diseñada contra Vox

 Entretanto, ese tándem constituido por la derecha extrema y la extrema derecha continuará utilizando todos los medios a su alcance para desplegar toda su artillería contra la amnistía, tratando de salvarnos de esa “dictadura”, que, por cierto, se parece como un huevo a una castaña al régimen franquista que tanto añoran los Abascal, Buxadé, García Gallardo y demás abnegados patriotas. Y menos mal que en Castilla y León PP y Vox no han hecho caso de determinado juntaletras que les animaba desde su columna dominical a trasladar el debate de la amnistía a las Diputaciones y Ayuntamientos, como si estas instituciones no tuvieran otro asunto de mayor interés ciudadano del que ocuparse.

Y a propósito de algunos posicionamientos mediáticos. Debería ir haciéndoselo mirar el director que en su tribuna semanal señaló con nombres y apellidos a los 12 diputados socialistas de Castilla y León poco menos que como coautores de un delito de lesa patria… ¿”Prensa españolamanipuladora”? Sin ninguna duda, pero sobre todo en el sentido justamente contrario del que apuntan quienes, como Gallardo o el inefable consejero Veganzones, gritan ese eslogan ante las sedes del PSOE…

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