Opinión

Milei: estrambótico, pero no tanto

Javier Milei y su equipo.

Con la aplastante victoria de Javier Milei se abre un periodo de incertidumbre en Argentina, país que parece alérgico a la estabilidad política al menos desde hace casi un siglo, cuando la «Década infame» (1930-1943) empezó y terminó con sendos golpes de estado.

Milei es un fenómeno estrambótico, pero no del todo novedoso con su mensaje político ultra radical, negacionista y «anarco-capitalista». Sus ataques al intervencionismo estatal recuerdan a Reagan y a Thatcher, para quienes el Estado era “el problema”, no la solución, y sus propuestas no son tan distintas de las del macrismo al que ha derrotado. Este ha acabado dándole su apoyo electoral y le aportará unos cuadros para gobernar de los que Milei carece. Sus recetas, puestas en práctica durante la presidencia de Macri (2015-2019), son semejantes: recortes sociales, dolarización parcial de la economía, barra libre para el movimiento de capitales, etc. Está por ver qué soluciones saldrán de estos planteamientos para los graves problemas de pobreza y desigualdad rampante de Argentina.

Muchos son los factores económicos, sociales, políticos y culturales que han llevado a Milei a la presidencia, dentro de una tendencia derechista y polarizadora que se manifiesta en todo tipo de países. No vamos a entrar en ello; nos limitaremos a recordar la foto de Milei con Abascal o los elogios de Victoria Villarruel, su futura vicepresidenta, a Giorgia Meloni para dar una idea de por dónde van a ir los tiros en Argentina.

Convendrá en todo caso alguna aclaración terminológica. Milei se presenta como el primer presidente “liberal-libertario” y así se le caracterizan algunos analistas. Sin embargo, estos calificativos políticos tienen un campo semántico muy distinto en Argentina —quizá en toda América— y en España. Aquí el libertario es casi sinónimo del anarquista, cuyo espíritu solidario y emancipatorio estaría en las antípodas del individualismo de Milei. Hay, sí, una común aversión al Estado, pero con sentido muy distinto: los ácratas españoles han visto siempre en él el brazo de hierro de los explotadores, mientras que cuando Milei habla de «adelgazar al Estado”, lo que piensa es suprimir los Ministerios de Educación y Sanidad y quitar las subvenciones al consumo básico, entre otras cosas.

Por. Luis Castro, profesor de historia jubilado, vecino de Salamanca.

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