Imposible realizar la Feria de los Dulces de las Monjas sin el apoyo de los vecinos de Morille o sus allegados. Así de seguro se muestra Manuel Ambrosio Sánchez, alcalde de Morille.
Este sábado y domingo se vive y se saborea en el pueblo la tradicional Feria de los Dulces de las Monjas. Y ya van doce ediciones.
“Si no fuera por la colaboración altruista de las mujeres del pueblo, no se podría realizar”, puntualiza Sánchez.
Los puestos están repletos de dulces procedentes de conventos de Salamanca y su provincia. Como todos los años, María José Gil, directora de la feria, contacta con los conventos salmantinos, ven el número de productos y hacen el pedido.
Las religiosas están encantadas con la feria y animan al Ayuntamiento a que continúe realizándola. Bien es cierto, que la respuesta de los salmantinos es muy buena. “Es una actividad solidaria y un patrimonio gastronómico, que corre el riesgo de perderse. Este tipo de ferias importante para poner en valor estos productos y ayudan a la gastronomía propia y más a estos conventos que están en momentos difíciles”, matiza el alcalde de Morille.
En estos doce años, perdieron el año pasado la producción del convento de Peñaranda, pero este año han ganado los dulces de las Madre de Dios, convento situado en Salamanca capital. “Son dulces nuevos: los Talys, Pepes, que son como mantecaditos, y unos bizcochos grandes que tienen muy buena pinta. En los otros puestos, tenemos la calidad y el buen hacer de todas las ediciones”, explica María José Gil, directora de la Feria de los Dulces de las Monjas.
Los conventos que proporcionan los dulces son: Convento de las Madres de Dios, Salamanca; Carmelitas descalzas, de Ciudad Rodrigo, Convento del Zarzoso; Madres Dominicas, de Salamanca, Monasterio del Sagrado Corazón, de Cantalapiedra; Dominicas Dueñas, de Zamora; Benedictinas, de Alba de Tormes, y convento de la Pasión, de San Felices de los Gallegos.
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