Salamanca tiene algo muy típico en Navidad que la diferencia del resto de las ciudades. No son las luces, que las hay más abundantes en otras localidades; no son los villancicos, que salvo en contadas ocasiones que son en directo, los paseantes los escuchan enlatados; no es la Nochevieja Universitaria –Año Nuevo Universitario- que genera controversia entre los salmantinos de a pie, ya que es para el colectivo universitario y no involucra en actividades o espectáculo al resto de la ciudadanía, salvo porque se utiliza la Plaza Mayor como un gran ‘abrevadero’. No, lo más típico que tiene Salamanca en Navidad son las turroneras de la Plaza Mayor.
Tan típicas son que continúan estando en el mismo sitio y pasando las mismas inclemencias climáticas que hace más de un siglo. “Lo más curioso es le hemos puesto una estatua en su honor al lado del Mercado Central y desde el Ayuntamiento no han sido capaces de idear unos puestos para resguardarlas del frío. Parece que las tenemos tiradas en los soportales”, explica Chenche Martín Galeano, líder de Por Salamanca.
Por Salamanca llevaba en su programa electoral de las pasadas elecciones municipales la idea de hacer un mercado navideño en la misma Plaza Mayor, como el que tienen en muchas ciudades europeas. “Las turroneras encajarían perfectamente en este mercado, porque solo se venderían productos y artículos navideños. Seguro que sería llamativo para todo el mundo, para los que nos visitan y para los salmantinos”, puntualiza Chenche Martín Galeano.
La opinión de las turroneras que se encuentran estos días en los soportales es que podrían tener un poco más acondicionada la zona. Venden a la intemperie, como hace un siglo. Eso sí, hay varias diferencias como ellas mismas indican entre sus antepasadas y ellas: las estufas ahora son de gas y no braseros de carbón, la ropa es térmica, que en tiempos de sus bisabuelas no existía este tejido y “los inviernos son menos duros que los que vivían ellas”.
Una de las turroneras que se encuentra estos días en los soportales es Yolanda. Su bisabuela ya traía el turrón artesanal. Ella ha ampliado productos como miel o frutos secos, entre otros artículos que gustan a todos los paladares golosos.
Por su parte, Toñi es la tercera generación “en vida. Mis abuelas traían el turrón en bloque. Nosotros lo hacemos en barritas”, explica.
La turronera albercana matiza que los soportales están bien, “pero ha decaído mucho. Al ser peatonal, tenemos menos clientela”.
De la misma opinión es Emi. “La ausencia de los autobuses ha restado clientela. Todas las personas mayores que se acercaban al mercado, también nos compraban a nosotras, y ahora no vienen por no tener transporte y no poder llevar la carga”, concluyen.
La receta de los turrones de La Alberca sigue siendo la misma que tenían sus antepasados y está compuesta de:
- Miel de la sierra.
- Clara de huevo.
- Un poco de azúcar.
- Frutos secos, que pueden ser almendras de Arrribes –así todo queda en casa- y de nueces que hay en La Alberca y otros pueblos serranos.
Todos estos productos se mezclan y se elabora una masa que es el turrón en bloque tan característico de La Alberca.