Un reciente estudio ha determinado que uno de los ‘ingredientes’ básicos de la vida se puede crear en gránulos de hielo presentes en diferentes partes del universo. Pese a que estos compuestos pudieron llegar a la Tierra a través de los asteroides, desde la comunidad científica insisten en la importancia de buscar el origen de la vida en las aguas del planeta.
La investigación, realizada por parte de científicos con base en Hawaii (EEUU) ha logrado probar que se pueden formar compuestos muy simples, presentes en los seres vivos -como el ácido carbámico-, en los “hielos interestelares”. Al mismo tiempo, estas moléculas pueden viajar por el espacio en cometas y asteroides, que sería la forma en que habrían llegado a la Tierra.
Tras este descubrimiento sobre el ácido carbámico, expuesto por los investigadores en un artículo en la revista científica ‘ACS Central Science’, vuelve a surgir la duda sobre si la vida se creó fuera de la Tierra y llegó en meteoritos. Nada más lejos de la realidad, según defiende el bioquímico valenciano Juli Peretó, miembro de la Sociedad Internacional para el Estudio de Origen de la Vida.
Tal y como explica Peretó, pese a la importancia de hallazgos como el de los científicos estadounidenses, la ciencia considera que donde debe buscarse el origen de la vida es en las aguas de la Tierra, tanto superficiales como subterráneas.
“Cuando se formó la Tierra estaban pasando cosas geológicas y químicas dentro, pero también nos estaban lloviendo, por decirlo de alguna manera, moléculas de fuera, las que estaban aportando los cometas, los meteoritos y todos los objetos que se precipitan sobre el planeta”, señala el experto y recoge 20minutos. En este sentido, cabe recordar que hace 4.500 millones de año, la cantidad de objetos que se llegaban a la Tierra desde el espacio era elevada, trayendo consigo “toneladas de moléculas interesantes”.
Pese a ello, Peretó aclara que esto no significa que los meteoritos trajeran la vida a la tierra. “No tiene nada que ver. No están aportando bacterias o esporas evolucionadas, sino ingredientes básicos, como ladrillos”, recalca. “Es cierto que en las células y en los meteoritos se encuentran moléculas comunes, como los aminoácidos, pero lo que nadie ha descubierto en un meteorito es una molécula tan complicada o tan sofisticada como una proteína”, añade.
Ante todo ello, el bioquímico valenciano rechaza recurrir a la teoría de que la vida llegase de fuera de la Tierra (conocida como panspermia). “No tenemos ninguna necesidad de recurrir a una cosa tan antigua y tan extraordinaria que, sinceramente, lo que haría sería imposibilitar la explicación de cómo apareció la vida en la Tierra”. Frente a ello, apunta como principal hipótesis a que la vida surgió en nuestro planeta.