El punto del Belén de Salamanca

El Belén artesanal de crochet del barrio del Oeste está montado en el centro municipal Victoria Adrados hasta el 8 de enero
El Belén de crochet que se puede ver en el Victoria Adrados.
El Belén de crochet que se puede ver en el Victoria Adrados.

El Victoria Adrados acogió este martes la inauguración de un Belén fuera de lo común, porque ha sido tejido mano a mano y con gran ilusión por el grupo “¡Quedamos y Punto!”, de Zoes.

Por. Lucía Almaraz

Este año, el Nacimiento cuenta con 153 piezas, entre las que hay novedades a modo de guiño al barrio del Oeste, como la escalera de crochet de colores, situada en la plaza del Oeste, el Rastro o Los Lapiceros.

“Esta segunda vez que tenemos en el centro un Belén tejido a mano… Esto va a ser una obra que se irá completando con el tiempo y con la ilusión con la que se ha hecho hasta ahora y tejiendo mucho”, cuenta Inma Cid, presidenta de Zoes. “Hay un nombre sin apellido, que quiero resaltar. Es un hombre que ha tejido y ha colaborado desde la cárcel de Topas”, añade Cid.

Las 153 piezas que completan el portal llevan creándose desde enero del 2022. En noviembre de 2012, es cuando se conforma, en el seno de la Asociación ZOES, una iniciativa que agrupa a personas que tejen; “¡Quedamos y Punto!”, cuyo objetivo es crear un espacio en el que disfrutar y compartir haciendo punto, crochet o ganchillo.

“Reunirnos, hablar, que haya aumentado el grupo, que todas tengamos la misma ilusión… Algunas sin saber han hecho lo más bonito…”, cuenta Pilar, una de las mujeres del grupo “¡Quedamos y Punto!”. “El resultado es espectacular, yo creo que ha gustado mucho y estamos muy satisfechas, nos hemos ilusionado mucho haciéndolo”, añade Teresa, otra de las integrantes.

Se trata de un grupo de personas a las que el mundo del crochet les interese. Quedan cada tarde de viernes a las 18.00 horas en la sede de la asociación, en la calle Valle Inclán 8.

Este grupo, además, está comprometido con el barrio del Oeste y colabora en la decoración del mobiliario urbano. En muchas ocasiones, hacen uso de lanas reutilizadas o que han sido donadas, una forma de hacer graffiti ecológico, como ellos lo han calificado, que respeta el medio ambiente y decora las calles brindándoles color.

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