¿Podemos usar los medicamentos caducados que tenemos en casa?

La presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Salamanca explica lo que debe contener el botiquín doméstico y cómo mantenerlo
Un botiquín con varios medicamentos (SIGRE)

Prácticamente todos los hogares cuentan con un botiquín al que recurrir en caso de sufrir algún accidente doméstico o enfermedad de carácter leve. No todos los medicamentos deben conservarse acumulándolos en casa, ya que algunos pacientes al sentirse mal pueden considerar que necesitan un determinado fármaco, pero realmente el médico determina que ese no es el adecuado. Además, también hay que prestar atención a los productos que superan su fecha de caducidad.

A la hora de establecer los ‘esenciales’ del botiquín doméstico, para primeros auxilios, “no pueden faltar los antisépticos, tipo una povidona yodada (Betadine), clorhexidina (Cristalmina), para limpiar cualquier corte o herida, y suero fisiológico para lavar las heridas”, detalla Mª Engracia Pérez, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Salamanca.

Junto a ello, “es conveniente tener tiritas, algún esparadrapo y alguna gasa para limpiar y tapar bien ese corte o pequeño accidente que se haya podido tener en casa”. Todo ello acompañado de “un termómetro, que es importante para tomar la temperatura, y unas tijeras, aunque pueden valer otras de casa siempre que estén limpias”.

En el lado de los medicamentos, Pérez considera que, “lo más básico” que debe contener el botiquín de cualquier casa es “algún analgésico antiinflamatorio (Ibuprofeno) y también algún analgésico antipirético (Paracetamol), para la fiebre”.

Por el contrario, insiste que “no se deben tener medicamentos caducados”. “La mayoría de gente, por no gastarlos, tienen medicamentos caducados”, aclara. “Tampoco se deben tener los restos de los antibióticos, porque muchos pacientes pueden echar mano de ellos, sin que se lo haya prescrito el médico, pensando que les pueden funcionar”, añade, concluyendo que, “tampoco se deben tener productos en mal estado, como pueden ser tiritas que no pegan correctamente, etc.”.

En la misma línea, sobre la buena gestión del botiquín, la experta señala que, “lo lógico” es que una vez se haya finalizado un tratamiento, “se tiren los restos de medicina que sobran”. Sobre ello, argumenta que, “la siguiente vez que el paciente se sienta mal, puede pensar que es ese fármaco el que necesita, pero puede no ser así”.

No obstante, matiza que, “algunos medicamentos, como pueden ser las pastillas para el dolor de garganta o algún jarabe para la tos sin receta, no hace falta tirarlos”. “Pero siempre con cuidado y sin automedicarse, que ese es el problema. Hay que preguntar siempre al farmacéutico o al médico”.

Volviendo a los medicamentos caducados, Pérez responde con un “no” tajante a la pregunta de si pueden consumirse. “Por eso tienen fecha de caducidad, si no, no la tendrían”, aclara, explicando que, “si tienen una fecha de caducidad es porque los ensayos obligan a establecerla, porque a partir de ella, el medicamento no es lo estable que ha sido durante el tiempo en que se puede consumir”. “Puede bajar su eficacia, que estén contaminados, que suba su eficacia, que no hagan efecto correctamente… Y puede ser perjudicial para el paciente”, apunta.

Además, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Salamanca aprovecha para aclarar que, esta cuestión afecta a “todo lo que tenga fecha de caducidad”. Por ello, recomienda utilizar “solamente durante el tiempo que se debe usar según la fecha de caducidad” cualquier producto, desde los jarabes y las pomadas, hasta los antisépticos. “Hasta las tiritas tienen fecha de caducidad”, recalca.

Finalmente, Mª Engracia Pérez recuerda que, “los medicamentos caducados hay que llevarlos a la farmacia”, ya que, en todas ellas “hay un contenedor que se llama punto SIGRE”, donde se depositan los fármacos que han caducado. Tras ello, “las farmacias se encargan de que lleguen correctamente a las plantas de destrucción”.

“Lo ideal y más apropiado es depositarlos en el punto SIGRE, porque así se destruyen de manera correcta en una planta que se dedica exclusivamente a la destrucción de medicamentos, para que no se contamine, para que no se haga mal uso de los mismos si la gente los coge, etc. Además, se recicla lo que se pueda reciclar a nivel de cartonaje, de los blíster y de todo”, concluye.

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