“La piel de un abrigo tiene muchas vidas”

Isabel Galante es una de las pocas peleteras que queda en Salamanca
Isabel Galante, en su peletería.

Trabaja en uno de los oficios más antiguos que existen, porque el adobar pieles o hacer con ellas prendas de abrigo va unida al origen del hombre. Aprovechaban todo del animal que cazaban, la carne como alimento y la piel como pelliza.

Isabel Galante es una de las pocas peleteras que queda en Salamanca. Conoce su oficio, se entusiasma al hablar de el y reivindica la industria de la piel. Su conversación es pausada y atractiva, como lo es el arte que conlleva la transformación de una piel en una prenda que envuelve al que lo lleva.

Isabel. ¿Ha cambiado mucho el mercado de las prendas de piel?
Ha evolucionado mucho. A finales del siglo XIX, principios del XX, las prendas de piel eran un complemento de distinción de una clase social alta, un artículo de lujo de las señoras y ahora está mucho más democratizado su uso.

¿Es un mercado femenino?
Sí. Era y es. Antes, las piezas las adquirían ellas o eran un regalo de distinción que le hacía el marido a su señora o a su señora. Eso hacía que la peletería tuviera un coste muy elevado porque era el lujo por el lujo.

¿Les gustaría que los hombres vistieran abrigos de pelo?
Nos encantaría.

Ese abrigo luciría de distinta manera al ser llevado por un hombre o una mujer…
De hecho, las colecciones a nivel internacional se realizan para caballero y señora. España es más ‘tranquila’ en este sentido. Los caballeros no utilizan ese tipo de prendas en la vida cotidiana, son más para eventos como la ópera o teatro. Hace más o menos un siglo, vestían astracanes, peletería de pelo corto, visones, corderos, mutones,… En los años 50’, 60’, los caballeros comenzaron a lucir abrigos de pelo largo como nutrias, marmotas, otro tipo de peletería. En la actualidad, se hacen colecciones masculinas, donde hay una vertiente más clásica y otra más atrevida y vanguardista.

¿Sí?
Son diferentes. El patrón de las más atrevida, por denominarla así, es más entallado, como más femenino. El más clásico es más recto, con hombros más anchos. Hay público para los dos, porque el mundo es muy grande. No solo nos podemos circunscribir a nuestra ciudad o país. Estamos hablando de las grandes capitales del mundo, porque va asociado a un tipo de vida un poquito diferente a la cotidiana.

¿Cómo han cambiado las pieles en estas cuatro décadas desde que comenzó?
La piel se ha hecho mucho más liviana, pesa menos debido a la maquinaría que ha evolucionado. Se pueden rebajar las pieles, pero dándoles la misma consistencia. Mediante productos específicos y mucho más naturales.

¿Han visto una evolución en el diseño?
Una gran evolución. Se ha ido adaptando a la moda, antes una prenda de piel podía durarte 10 años sin que se desfasaran lo hombros, cuellos, puños o el largo. Ahora, en dos años tienes que cambiarla, porque la peletería está incorporada a la industria de la moda y conviven tantas influencias y estilos y las tendencias van tan rápidas… Nosotros teníamos que adaptarnos y lo hemos hecho.

Marilyn Monroe decía que los diamantes eran los mejores amigos de una mujer. El abrigo de piel podía ser el segundo mejor amigo…
(Risas) Una prenda de piel es para siempre en el sentido de que es un bien. Ha estado viva y luego se ha curtido. Si esa piel es buena, se puede reutilizar.

¿Es una buena inversión?
Una buena piel es una buena inversión. Es moda, distinción, diferenciación,… La peletería tiene que partir de una buena piel, que abrigue. También tiene que ir con la moda, con los colores, que te dé alegría, que te sientas confortable,… Todo esto y la materia que perdura en el tiempo, creo que es una buena inversión.

¿Cuántas vidas tiene un abrigo?
Muchas. La podemos transformar e irla adaptando a la moda. La prenda de piel siempre se le puede hacer hombros más grandes, cuellos más pequeños, entallados, largos, vuelos, estrechos,… Todo. Otra de las evoluciones que ha experimentado la piel es en el colorido.

El arcoíris en piel.
Sí. Antes solo se trabajaba sobre marrones y negros, que eran pieles naturales. Después, en la carrera de Química se impartía una asignatura que era química peletera, había que conocer la materia de la piel para teñirla. Estoy intentando localizar a personas que hayan tenido químicos peleteros en su familia.

¿Tan especial es esta profesión?
Sí. Tienen que saber elaborar esos colores. Por ejemplo: el azul cobalto, el rojo pasión, el rosa fuerte, amarillos,… más que el arcoíris. El tinte tiene que ir a la piel y que se traspase a la púa. Eso es muy difícil conseguirlo porque o tratas el pelo o el cuero o la borra que llevan muchas pieles que es la lana que va en medio entre el cuero y la púa.

Quizá un lector tiene en su familia químicos peleteros…
¡Vamos a ver! Desconozco si hay alguno en Salamanca, porque lo que se desarrolló aquí es más pellejeros, trabajaban la piel en bruto y estaban más enfocados a la marroquinería que a la peletería.

La peletería va unida a la artesanía.
Por supuesto. En el momento en el que se trabajas una prenda desde la piel. Los peleteros no trabajamos la piel en bruto, ya nos la dan curtida y preparada para confeccionar. Pero aun así, desde que esa piel pasa a ser un abrigo, un chaquetón, una estola,… Antes, todo el proceso era manual, ahora utilizamos programas de ordenador que nos facilitan el trabajo y abaratan los costes de las prendas. Por ello, también se está evolucionando mucho. Antes se tardaba en confeccionar un abrigo de pelo largo como zorro o visón mucho tiempo y requería un personal muy especializado. Ahora se tarda menos.

Isabel Galante.

¿Qué le decimos a todos los que están en contra de la utilización de pieles?
No es un tema que me guste tocar, porque he incidido mucho y durante muchos años en este asunto. Hemos trabajado mucho las asociaciones a nivel internacional. Además, todos los peleteros, que lo somos, nos regimos por las leyes de conservación y bienestar del animal, con un respeto y una vida digna, que incluyen los últimos momentos. Pueden visitar las granjas. Lo dejo ahí. Es un bien sostenible, reciclable, la piel de un abrigo tiene muchas vidas. Una persona que lleva una prenda derivada del petróleo nunca es atacada y es muy contaminante y se demuestra día a día. Además, si arde esa pieza de cuero o pelo falso, te quemas a lo bonzo, con una prenda de piel eso no ocurre, se puede encoger o chamuscar. Una piel auténtica no te perjudica nunca. Pagamos un canon para que se controle ese bienestar del animal. Somos de los más conservadores del medioambiente, porque vivimos de él y entendemos el beneficio que tienen la naturaleza.

Isabel, un último consejo ¿La prenda de piel requiere unos cuidados especiales?
En casa no. Las prendas de pelo requieren un cuidado, te tienen que informar los profesionales y te tienes que fiar de ellos. En verano o cuando se desarrolla la polilla conviene llevarlo a una peletería que tiene auténticas cámaras de conservación y que tengan talleres para arreglar si hay un desgarro en la prenda o quieres actualizarlo o limpiarlo,… A esto te van a ayudar los profesionales de verdad. Ser peletero es un gran oficio.

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