Las colas que se forman a diario para entrar a ver el huerto mágico instalado en el huerto renacentista de Calisto y Melibea empieza a tener tantas sombras como luces.
De entrada, casi nadie entiende el concepto y los que esperaban visitar un espacio navideño se encuentran la cama terrorífica esa que han puesto para aumentar la inquietud del espectador.
Igual que los vecinos del número 12 de la calle Arcediano, la que desemboca en la puerta de acceso al parque. La puerta de acceso al garaje se construyó con una amplitud mayor de estandarizado para que los conductores pudieran hacer la maniobra de entrada y salida sin raspar la facha de enfrente.
Habitualmente es una zona tranquila, pero el éxito del llamado huerto mágico les está amargando la vida en plena Navidad.
El poco espacio que tiene la calle lo ocupa prácticamente la cola para entrar a ver el huerto y lo que sobra sirve para que salgan los que ya lo han visto. Y así durante cinco horas al día, con lo que se bloquea el acceso al garaje de los vecinos, que no son muchos, pero lo que importa es que no se ha contado con ellos, ni siquiera para escuchar la solución que plantean al problema.
«Es un abuso, un atropello. La presidenta de la comunidad, el vicepresidente y otros vecinos han enviado un escrito al Ayuntamiento, pero no hemos tenido respuesta», explica uno de los afectados.
«No nos avisaron de que iban a poner ahí las vallas para la cola. Creíamos que era para un día o el puente de diciembre, pero es un mes con el acceso al garaje cortado cinco horas al día. Nos sugieren que aparquemos en la cuesta de Carvajal y no nos multan, pero aquí viven septuagenarios y octogenarios y si vienen con la compra, por ejemplo, a ver qué hacen», prosigue.
Consideran que «nos han usurpado un vado que pagamos. Esto tiene mala pinta, porque es una ilegalidad, porque el vado obliga a tenerlo accesible», apostilla el vecino.
Los afectados han propuesto como solución correr la valla 20 metros para que no estén justo en el tramo del acceso al garaje y así pasamos nosotros y los visitantes», que se pueden desplazar cuando vaya a entrar o salir un coche, pero con las vallas donde están esa solución es inviable.
«Pedimos respeto a los vecinos. La cola un día llegó hasta San Pablo,… Y luego está lo de la música ratonera (que forma parte del espectáculo del huerto mágico) que se oye desde casa», explica. Esto es un atropello y acaba con el espíritu de la Salamanca monumental que es una gallina de oro», concluye.
«Hace unos días llegó uno de los vecinos de viaje, sin saber lo que estaba pasando, y no pudo meter su coche, cargado de maletas. La reacción de la policía municipal, que no está de manera constante como arguyen desde el Consistorio sino cuando se les llama, distó mucho de ser satisfactoria», comenta.
Añade que «en cualquier lugar con conciencia de los riesgos que entrañan medidas como esas, habría tenido que remediarse de forma inmediata la situación (o dimitir los responsables). Desconozco si la residencia de estudiantes que está enfrente de nuestro edificio ha hecho alguna reclamación, pero si los bomberos supieran que no pueden salir los residentes durante cinco horas al día, porque está cortado el acceso para entrar y salir a la residencia, obligarían a que quedara expedita la puerta, porque un mínimo conato de incendio podría causar una tragedia. En la Calle Arcediano, además de nuestra comunidad de viviendas hay otras más, así como el Albergue de peregrinos. En caso de una emergencia estarían como nosotros, totalmente desprotegidos», señala.