Como vecino de la calle Arcediano 10 manifiesto mi agradecimiento por haberse personado ustedes ante la comunidad de vecinos. Siento la descortesía de no haber asistido al encuentro, pero me he visto obligado a ausentarme de la ciudad, al tener impedido el acceso al garaje algunas personas que esperaba en mi domicilio que requieren acceso directo varias veces al día desde el garaje al ascensor de la vivienda. Me encontré con la situación durante el puente de la Constitución, pero para mi asombro y desconcierto el bloqueo sigue al parecer hasta Reyes.
Con el debido respeto les pido que sean tan amables de decirme por este medio o por el que consideren oportuno en qué comisión se decidió la disposición de las atracciones instaladas en el Huerto de Calisto y Melibea durante un mes y que me expliquen si en aquella decisión, entiendo que colegiada, se tuvieron en cuenta estas cuestiones:
- La instalación de vallas metálicas, con el símbolo de “policía local” de Salamanca, que invaden aproximadamente la mitad de la calzada de la calle Arcediano desde la esquina de la residencia universitaria hasta la puerta del Huerto, bloqueando el acceso a nuestro garaje (¿para qué sirve la normativa sobre vados, si los propios funcionarios del Ayuntamiento la violan impunemente y con quebranto para quienes pagamos la placa?) y, lo que me resulta todavía más insólito, la puerta de acceso a esa residencia universitaria. Bloquear con vallas metálicas un acceso de ese tipo es una temeridad a los ojos de un lego en la materia como yo, pero es una acción con serias responsabilidades penales en el caso de una emergencia de salud, de un conato de incendio, etc. ¿Seguro que han sopesado estos riesgos?
- El hecho de que unas vallas oficiales de la “policía local” no estén -como no lo están- vigiladas y controladas por funcionarios de ese cuerpo de policía sino por unos empleados de una empresa privada que no tiene más labor que filtrar la entrada de los visitantes es una dejación intolerable de las funciones que delegamos los ciudadanos en nuestros ediles y en quienes se supone que velan por el cumplimiento de la ley.
Estoy seguro de que los organizadores de ese evento no han querido molestar expresamente a los vecinos del barrio antiguo. Mi queja se funda en que llevo viviendo en la zona más de veinte años, en los que la presencia constante de peatones que visitan el Huerto o que acuden al Albergue de peregrinos no ha supuesto problema alguno para entrar y salir del garaje ni desde el portal, ¡hasta ahora! No solo nos están incomodando – estoy escribiendo desde fuera de mi domicilio habitual por el bloqueo del garaje – sino que no parecen atender a razones, como si esas vallas fueran los muros centenarios de la Catedral, ni siquiera ante la lógica aplastante de una petición que venimos haciendo, por activa y por pasiva, desde hace tres semanas: correr unos metros las vallas resuelve el problema del acceso al garaje, ¡y a la residencia universitaria!, sin impedir entrar y salir del Huerto.
Termino respondiendo a las amables palabras del Sr. alcalde en su saludo de bienvenida (http://www.aytosalamanca.es/es/tuayuntamiento/organizacion/saludoalcalde/index.html), en el que dice que le gusta escuchar a sus vecinos, diciéndole que las instalaciones navideñas en el Huerto de Calisto y Melibea hacen:
- Que Salamanca no sea una ciudad cómoda para los vecinos de esa zona;
- Que el Huerto, que habitualmente disfrutan numerosísimos visitantes por su verdadero valor de locus amoenus, permanece cerrado durante un mes, salvo en las horas de las “atracciones”, es decir cuando es de noche y el respeto de veredas, plantas y parterres es más que dudoso, contribuyendo a deteriorar el medio ambiente;
- Que como personas mayores que somos un buen número de vecinos sentimos que no recibimos la atención que merecemos, sino más bien lo contrario, un maltrato en el que prevalece la soberbia de no querer enmendar los errores por encima de nuestras necesidades;
- Que la plaza de los Leones y otras calles adyacentes lejos de ser esos “lugares de encuentro” de la Bienvenida del Sr. alcalde se convierten en zonas intransitables e inaccesibles hasta para llegar con la compra;
- Que, de seguir con esa incomprensible actitud de cerrazón con la que nos estamos topando de parte de las autoridades, tal vez proceda que iniciemos, entre otras acciones, iniciativas para que la UNESCO reconsidere si Salamanca sigue mereciendo el rimbombante título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Sr. alcalde, no nos eche a los pocos vecinos que quedamos en el barrio antiguo. Quienes construyeron lo que hoy se considera el patrimonio milenario de la ciudad lo hicieron sin pensar en lo inmediato sino en un futuro tallado en piedra. A Ud., señor alcalde, no le juzgará el futuro por unas atracciones de unos días en un lugar emblemático, a costa de ir robándole el espíritu a ese lugar y al barrio, sino por cómo haya preservado la ciudad, que son sus habitantes, con los que en su Bienvenida dice querer contar.
Saludos respetuosos, ¡y solución inmediata para nosotros ya! ¡Rectificar es de sabios!