Ha pasado mucho en este año que acaba, lo mejor hecho por hombres y mujeres con más sueños que pesadillas, siendo más ángeles que demonios y unas ganas inmensas de vivir en paz y prosperidad. A todos nos sienta bien la confianza, nos complace la amistad y disfrutar del gozo que es tener a quien amar. Invito porque me inventen a entrar en el nuevo año de la mano, sonrientes y el deseo de mejorar.
Aquí seguiremos para continuar animados, amables y optimistas, por más que haya días de niebla, suene la música con sordina y en las disputas del tira y afloja se rompa algún buen deseo. Todo, está hecho a la medida de los hombres y las mujeres, sin significar eso que podamos usarlo a nuestro antojo y faltos de cuidado. Ya ven, hay tierras fértiles que se convierten en desiertos y tantas trampas y lazos como incautos. Largo es el camino y mucho el esfuerzo para llegar sanos y salvos a buen lugar.
Sin exagerar ni hacer por consolarnos, les digo que estamos más bien que mal, a nadie se lo traga la tierra por pisar en ella, siervos no hay y vivimos en un país libre y democrático. Comienzan a aparecer señales que quienes más influyen en lo que acontece están porque las discrepancias políticas no se conviertan en campo de batalla, la aplicación del derecho sea el que impone el imperio de la ley y aplicar el sentido común en lograr acuerdos que eviten las querellas. La verdad, la horda belicosa, la de los insultos y menosprecios cada vez inspira menos confianza y tiene menos adeptos.
Cierto es que lo que somos es la suma de naturaleza y conocimiento, pero a poco llegaríamos si no se le añaden, buena voluntad, entusiasmo y tolerancia.
A TODOS Y TODAS LES DESEO UN AÑO 2024 CON MÁS LUCES QUE SOMBRAS, APLAUDAN SOLO LO QUE LES PLAZCA Y A QUIENES QUIEREN LOS QUIERAN. Feliz año nuevo.
Licenciado en Geografía e Historia, exfuncionario de Correos y escritor
