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Opinión

El Grinch de la Navidad

El grinch de la Navidad. Pixabay.

Vuelve la Navidad, en una encerrona de consumismo, hipocresía y soberbia para recordar que volver a casa por Navidad es lo que marcan las fechas.

Dejar una impronta que marque camino hacía las fiestas navideñas y vivir con la nostalgia y la tristeza, es un gran desafío para quienes tenemos que vivir con ausencias y sillas vacías a una mesa que ya no será lo misma.

La alegría de quienes disfrutan la Navidad choca con quienes desean que simplemente pasen los días.

La ilusión de la niñez, en la que la inocencia nos hizo creer en una Navidad llena de paz, amor y un mundo justo se fue al traste con la edad y la experiencia, pero no se puede perder la esperanza de volver a sentir la calidez de la infancia y el abrazo de la Navidad.

No puedo evitar sentir pena por la presión de una sociedad que no valora lo que tiene, que antepone intereses a vidas humanas, postureo a justicia, soberbia a realidades y que despierta su conciencia cuando llega la Navidad.

Realidades que viven muchas familias, que no pueden afrontar solos en un país que presuntamente hace alarde de no vulnerar derechos humanos. El derecho a la vida también existe y hay que recordar a niños, niñas y adolescentes que estas fechas no estarán en esas “navidades entrañables “, porque el acoso escolar fue impuesto a base de cobardía.

El Grinch de la Navidad hace de las suyas una vez más, pero la sociedad toma con calma poder evitar todo ello.

Ya que sale el ‘malote’ de la Navidad, no quiero que piensen que todo tiene que ser malo, recordar, vivir, sentir es lo mejor que pueden hacer. En una época en la que los sentimientos están a flor de piel y la gestión de ellos puede hacer alguna trastada, sientan el espíritu navideño y no permitan la soledad que viven algunos hogares.

En tiempos de Navidad y haciendo ya el balance de un año próximo a terminar, les deseo un maravilloso Año Nuevo y que la nostalgia les haga sentirse niños de nuevo para poder volver a disfrutar de aquellas maravillosas fiestas de aquellos años en que la ilusión y la inocencia era el motor de verdaderas fiestas en familia.

Así lo deseo, mientras mando un beso al cielo. Feliz Año.

Asociación Salmantina Contra el Bullying y el Ciberbullying

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