Opinión

Enero

Un bolígrafo y un cuaderno. Pixabay.

El mes de enero, que da inicio a un nuevo año de calendario, debe su nombre y protección al dios romano  Jano, considerado dios del umbral de entrada y de salida; protector de los arcos; de los pasos y de las puertas; “ el que abre” y “el que cierra”; dios del principio y del fin.

Jano inaugura el año, y con él algunos de nuestros deseables propósitos, planes y sueños venideros. Todos enfocados a la realización de un objetivo, que permita satisfacer carencias consideradas importantes para nuestro bienestar.

Nuestro Ego, rey de nuestra consciencia, nos  permite fantasear sobre los nuevos cambios que habrá en nuestra vida, que complacerían al “ideal del yo”: adquisiciones materiales, mejora del estado físico, nuevos hábitos, realizaciones académica, etc.  También permitirá sentir a algunos la necesidad de un cambio más profundo, con esperanzas de bienestar psicológico y paz consigo mismo.

Lamentablemente en la mayoría de las ocasiones, y al igual que la mitológica figura  de Narciso, que sacrifica su vida abrazado a la imagen de sí mismo; nuestros entusiastas propósitos acaban ahogados en los primeros meses del año.

En nuestro proyecto no  hemos considerado la resistencia que oponemos al cambio.  La renuncia a los esquemas conocidos requiere esfuerzo, riesgos y  sufrimientos. Más aún pueden significar serias crisis vitales si los cambios propuestos involucran áreas importantes de nuestra vida. Nuestro equilibrio interno lucha por sostener la imagen conocida de sí mismo, aunque sea pesada y dolorosa, antes que arriesgarse a la incertidumbre de un sufrimiento desconocido.

Es así como un cambio significativo en nuestra vida necesita una mirada comprensiva de nuestro interior, que movilice la energía necesaria en la búsqueda de nuestro bienestar. Por esto el dios Jano,  con sus  dos rostros que miran en sentido opuesto, como símbolo de unión del pasado con el futuro, del inicio con el fin, del interior con el exterior, de la despedida dolorosa con el inicio incierto, acompaña y celebra cada paso en el camino, aunque conlleve sólo un pequeño cambio.

Para más información. maritza.lastra@gmail.com

4 comentarios en «Enero»

  1. Interesante opinión sobre los propósitos, su dificultad no valorada, y su consecuente fracaso…..
    Gracias por advertirlo, Maritza.

    Responder

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