La llegada del frío trae consigo un notable incremento de los resfriados y las infecciones por gripe. En muchos de esos casos, los pacientes sufren la acumulación de mocos en la garganta, lo que provoca malestar, tos y dificultad para respirar. Para acabar con ellos y eliminarlos de una vez por todas, existen diferentes remedios caseros.
En primer lugar, es fundamental beber agua, ya que, al estar resfriados el organismo pierde mucho líquido, especialmente si se ha tenido fiebre. Así pues, al beber agua se recupera la hidratación al tiempo que se ayuda al organismo a disolver los mocos de la garganta, facilitando que pueda expulsarlos y reduciendo la congestión.
Por otro lado, las infusiones también pueden jugar un papel esencial. Esto se debe a que, además de los beneficios que aporta el beber líquido, se añaden los de las plantas que contienen. La que mejor funciona contra los mocos y la congestión es la infusión de eucalipto, ya que las hojas de este árbol tienen efecto calmante en las vías respiratorias y ayudan a eliminar el moco. Otras de las hierbas que pueden emplearse son la menta y el tomillo.
Realizar vahos también ayudará a descongestionar las vías respiratorias y disolver el moco de la garganta. Para ello habrá que poner una olla con agua al fuego hasta que hierva, añadiendo unas hojas de eucalipto. Una vez haya infusionado, hay que apagar el fuego y, cuando la temperatura haya bajado ligeramente, colocarse sobre la olla y respirar el vapor.
Finalmente, otro de los remedios es el agua con sal para realizar lavados nasales. En este caso, simplemente hay que mezclar agua con una cucharada de sal y, con ayuda de una perilla, proceder al lavado nasal. Este método es la versión casera del ‘agua de mar’ que se vende en farmacias.