Un grupo de investigadores ha logrado desarrollar un nuevo tipo de antibiótico, denominado Zosurabalpina, que es capaz de superar las resistencias de la bacteria Acinetobacter baumannii. Este patógeno es uno de los que más preocupación generan entre los expertos por la amenaza que supone para los humanos.
Desde el descubrimiento de los antibióticos y su aplicación en el mundo de la medicina, las bacterias han ido adaptándose a estos medicamentos y desarrollando resistencia frente a ellos. En este sentido, uno de los aspectos que más preocupan a los expertos son las llamadas bacterias superresistentes, que logran ‘burlar’ a los antibióticos para que estos no acaben con ellas, y causan ya un millón de muertes al año a nivel mundial.
Dentro de estas bacterias resistentes, las más frecuentes son las conocidas como grammnegativas, con dos membranas difíciles de atravesar para muchos antibióticos. Dentro de ellas, la OMS ha señalado a la Acinetobacter baumannii como una amenaza urgente. No obstante, un grupo de científicos de la farmacéutica Roche han desarrollado un nuevo tipo de antibiótico capaz de hacer frente a esa bacteria, llamado Zosurabalpina.
El trabajo de los expertos, publicado en la revista ‘Nature’, y del que se ha hecho eco El País, está liderado por Michael Lobritz y Kenneth Bradley. Durante la investigación, analizaron una base de datos con 45.000 péptidos sintéticos obtenidos de la naturaleza, entre los cuales se identificaron algunas moléculas con actividad antibacteriana. De ellas, se seleccionó una y se optimizó, con el objetivo de mejorar su eficacia.
Este nuevo antibiótico logra superar las defensas que hacen resistente a la A. baumannii, bloqueando el transporte de una molécula (lipopolisacárido) hasta la superficie de la bacteria, donde es fundamental para crear la membrana resistente. Así pues, sin esa membrana exterior, la bacteria se vuelve vulnerable ante otros antibióticos.
Por el momento, el fármaco ya ha sido empleado en ratones, curando a varios con neumonía causada por la bacteria A. baumannii. Además, actualmente se ha empezado a probar en humanos y encuentra en un ensayo de fase I.
“Los péptidos se han estudiado como antimicrobianos desde hace muchos años, la misma colistina es un péptido, pero el lugar donde actúa este nuevo antibiótico, en el transporte de lipopolisacáridos, es una novedad. Es interesante que se pueda emplear contra A. baumannii porque hay pocas opciones terapéuticas. Esa es la parte buena, pero no va a ser una panacea”, expone Rafael Cantón, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.
Por su parte, Bruno González Zorn, director de la Unidad de Resistencias Antimicrobianas de la Universidad Complutense de Madrid, reconoce que zosurabalpina “puede aportar mucho porque las infecciones de A. baumannii son importantes y van en aumento”.