Abraham Rollán, trabajador de la Administración de Lotería de la calle Quintana, está «muy contento». No es para menos, porque en los dos sorteos más representativos de nuestro país, en ambos han repartido premios. Lo hicieron al vender un quinto en la Lotería de Navidad y ahora el primer premio de El Niño.
«¡Más no se puede pedir! Mejor comienzo imposible. ¡Hemos vendido el primer premio de El Niño! Llevamos cuatro meses. Ahora, ¡qué el ritmo no pare, como dice la canción!», explica Abraham Rollán.
Al estar ubicado en el sitio donde está, serán muchos turistas y personas de paso.
No ha sido el único lotero feliz en Salamanca, Cristina y Paquita también lo están porque al igual que Abraham Rollán, ellas también han vendido el número premiado.