Vigilar el Patrimonio de la Humanidad con cámaras es un beneficio universal. Eso sí, se puede hacer cuidando la estética.
Las cámaras de vigilancia que se pueden ver próximas a las cornisas de la Plaza Mayor tienen los colores originales de los propios aparatos.
Los paseantes se han percatado de lo mucho que llaman la atención y preguntan si no es posible cambiar el color y pintarlas con el dorado de la piedra de Villamayor, tono que se aprecia en otros elementos colocados en el mismo lugar y están próximos a las cámaras.