César Alierta, expresidente de Telefónica y Tabacalera, ha muerto este miércoles a los 78 años tras varios días ingresado en un hospital de Zaragoza. Alierta, que fue uno de los principales empresarios del cambio de siglo en España, capitaneó la transformación de Telefónica y fue el responsable de la expansión internacional de la compañía.
El empresario maño, que ha muerto este miércoles a los 78 años, fue uno de los principales empresarios del país en las últimas décadas. Así pues, Alierta ocupó la presidencia de Tabacalera desde el año 1996 hasta su disolución, y la de Telefónica entre los años 2000 y 2016, siendo reconocido como el principal artífice de la transformación y expansión de la operadora.
En sus inicios, el hijo del que fuera alcalde de Zaragoza y presidente del Real Zaragoza en los años 50 y 70 del siglo pasado, pasó por el Banco Urquijo como analista bursátil, y creó la sociedad de bolsa Beta Capital en los años 80. Ya en el año 1996, el Gobierno de José María Aznar lo nombró presidente de Tabacalera, encargándole la privatización de la compañía. Durante su mandato en la compañía de tabacos, que compatibilizó con el puesto de consejero en Telefónica, negoció la fusión entre Tabacalera y la francesa Seita que acabó dando lugar a Altadis.
Ya en el año 2000 accedió a la presidencia de Telefónica, en un momento delicado para la operadora, tras el ‘crash’ de las puntocom y la fracasada fusión con la operadora holandesa KPN. En sus primeros años al frente de Telefónica, Alierta tomó varias decisiones clave, como el impulso a la telefonía móvil a costa de la congelación del negocio vinculado a la tecnología UMTS.
Además, el empresario aragonés también impulsó una política de compras, con el objetivo de crecer a nivel internacional. Así pues, la primera adquisición fue la de la operadora checa Cesky Telecom, a la que siguieron otras como la británica O2 (la segunda compañía telefónica de Reino Unido). Otro de sus golpes de autoridad fue la compra del 50% de la operadora brasileña Vivo. La última de sus grandes adquisiciones fue la de GVT, en 2015.
Esta política convirtió a Telefónica en una de las principales operadoras telefónicas del mundo. De esta manera, en 2005, Telefónica logró entrar en el Dow Jones Global Titans 50 de Nueva York, que reúne a las 50 mayores empresas del mundo. En ese momento, la capitalización bursátil de la operadora superaba los 85.000 millones de dólares.
Tras la crisis del 2008, Alierta fue uno de los principales impulsores del Consejo Empresarial de la Competitividad, que reunía a los principales ‘espadas’ de las empresas del Ibex35 y tenía como objetivo influir en las políticas económicas del país para ayudar en la recuperación de España tras la crisis.
Finalmente, en marzo de 2016 dejó la presidencia de Telefónica en manos de José María Álvarez-Pallete, quien venía ocupando el cargo de consejero delegado desde 2012. Tras ello y después de abandonar el consejo de administración de la compañía en 2017, Alierta centró su trabajo en la Fundación Telefónica, de la que fue presidente hasta 2022.