El topillo | La “fachosfera” regional

Idafe Martín Pérez, quien, bajo el título "Libre de estilo", comenta cada jueves lo que denomina “columnismo fachosférico”, es decir, la opinión vertida por la legión de firmas que da lustre a la prensa bienpensante. Aquí no daría abasto

Está teniendo mucho eco el repaso semanal que realiza en “El País” Idafe Martín Pérez, quien, bajo el título «Libre de estilo», comenta cada jueves lo que denomina “columnismo fachosférico”, es decir, la opinión vertida por la legión de firmas que da lustre a la prensa bienpensante que nos alerta día sí día también sobre el galopante proceso de desintegración de la patria española.

Y piensa “El topillo” el ingente material de que dispondría un “idafe” dedicado a hacer lo propio en una comunidad tan “mucho española”, que diría Mariano Rajoy, como Castilla y León, donde la inmensa mayoría de las cabeceras, y por ende de sus firmas habituales, son más de derechas que el grifo del agua fría. Unas firmas que, salvo raras excepciones, no son otra cosa que el reflejo de sus líneas editoriales, tan coincidentes que no tendrían mucho problema en publicar diariamente un mismo comentario editorial.

Supongo que no todos llegarían al extremo de perpetrar en primera página, arriba y a toda plana, un titular del siguiente tenor: “El Gobierno felicita el nuevo año con subidas del gas, electricidad y peajes…” El que suscribe, que hace la tira de años, en pleno tardofranquismo, dio sus primeros pasos periodísticos en el diario en cuestión se pregunta si, varias décadas después, su “línea editorial” no es aún más retrógrada que entonces. Debe ser que los cérvidos no evolucionan al mismo ritmo que los simios.

Idafe, un tinerfeño que tiene a su cargo la corresponsalía en Bruselas del tabloide más leído en Argentina, hace una traslación futbolística y distingue dentro de la “fachosfera” entre menottistas y bilardistas. Los primeros son aseados en sus formas, no incurren en el insulto grosero y evitan el exabrupto. Los segundos no se privan del ataque personal y, si tienen ocasión, no satisfechos con entrar con los tacos a la altura de la rodilla, pisotean al enemigo tal como animaba a hacer Bilardo desde el banquillo y emuló en cierto partido de la pasada Liga española el “vasco Aguirre”, el entrenador del Real Mallorca, quien dicho sea de paso no es ni vasco ni argentino, sino mejicano. “Pégale, pégale…”, gritó Aguirre desde la banda a uno de los aguerridos defensas encargados de “secar” a Vinicius Jr, como sin duda recordarán los acérrimos madridistas abonados a los viajes “gratis total” a las finales de la Champions, quienes andan aún recuperándose del mayúsculo sobresalto que sufrieron en las inmediaciones del estadio Saint-Denis.

Asaeteado todo su airoso cuerpo el pérfido felón Pedro Sánchez, la vicepresidenta Yolanda Díaz se ha convertido últimamente en el blanco favorito de la fachosfera. Hasta el inteligente Carlos Alsina, que es de los que mejor se tapan, no ha podido contenerse y se refiere a ella como «Yo-Yolanda». Y si Alsina se deja de sutilezas, imagínense como se despacha la tropa cavernaria. Señalaré un par de ejemplos, ambos de columnistas que publican los sábados en el antiguo “L´Osservatore herreriano”, devenido desde el cambio presidencial en la Junta en “El Pensamiento Alfonsino”.

Con el título “El comunismo siempre gana”, uno de los articulistas repasaba las atrocidades perpetradas bajo la hoz y el martillo, desde la ocupación soviética de Hungría al aplastamiento de la primavera de Praga pasando por el levantamiento del muro de Berlín y, tras recordar los sucesos de Barcelona de mayo de 1937, concluía que las purgas son “la especialidad de la casa”. Todo ello en referencia a la no continuidad de ningún ministro de Podemos. “Eliminar de la escena a los camaradas por un bien superior es su receta habitual, aunque los comunistas de ahora sean de salón, peluquería y boutique”. Dios me libre de considerar lo anterior una jaimitada.

El otro autor, multipremiado poeta mientras dirigía el diario, se preguntaba este sábado “si es de patio de colegio o de patio de Monipodio” (sic) la afirmación de la vicepresidenta según la cual solo le afectan personalmente las cosas de la gente a la que quiere. Como no ignora tan erudito articulista, patio de Monipodio es la expresión que ha quedado “para aludir al lugar donde se reúnen maleantes de todo tipo”, ello en consonancia con la definición que el diccionario de la RAE realiza de la palabra monipodio: “Convenio de personas que se asocian y confabulan para fines ilícitos”.

No es de extrañar que su sucesor en la cabecera incluyera en su epístola de este domingo la siguiente aclaración dirigida a la vicepresidenta Díaz: “Debería saber la política gallega que su gobierno, el del PSOE, el de Pedro Sánchez, el de la amnistía, no ha sido construido ni creado ni armado ni concebido para gobernar nada, ni una comunidad de vecinos de La Rondilla, sino para conservar el Poder”.

Como tampoco extrañará a nadie que dos de las firmas del mismo periódico fueran, hasta sus respectivos nombramientos, la del actual consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, nombrado a propuesta de Vox, y la del ahora director de Comunicación de la vicepresidencia de la Junta, Vidal Arranz, fichado por Juan García-Gallardo el pasado mes de octubre.

Y hablando del poco gallardo García-Gallardo, no puedo por menos que reseñar el rapapolvo dirigido por Regalado al fiscal jefe del TSJ, Santiago Mena, en “Diario de Castilla y León-El Mundo”. El agudo comentarista acusa a Mena de “expulsar las opiniones ideológicas sobre la acción de un político”, calificando de “opinativo artículo camuflado en formato de auto judicial” la resolución en la que Fiscalía dictaba el archivo de las diligencias abiertas contra el vicepresidente de la Junta sobre un presunto delito de odio. 

Nada que decir sobre la crítica al fiscal, pero llama la atención que la misma no vaya acompañada de reproche alguno a la calificación como “delegado del PSOE golpista en la Fiscalía del TSJ” de la que ha sido objeto Mena por parte del nada gallardo vicepresidente. Tildar a un fiscal desde la vicepresidencia de la Junta de “delegado de un partido golpista” parece que forma parte de la normalidad democrática. Ya dije antes que un “idafe” regional no daría aquí abasto.

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