La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 43 años y nacionalidad pakistaní como presunto responsable del asesinato de los tres hermanos de Morata de Tajuña (Madrid). El hombre, que se ha entregado voluntariamente, ha confesado el crimen que, según ha explicado, cometió como “venganza” por una deuda de unos 60.000€.
Después del hallazgo el pasado jueves de los cadáveres de tres hermanos -un hombre y dos mujeres- de entre 70 y 80 años en su domicilio de Morata de Tajuña, la Guardia Civil ha detenido este lunes a un hombre de 43 años y nacionalidad pakistaní por su presunta implicación en el asesinato.
El detenido, que se ha entregado voluntariamente en el cuartel de Arganda del Rey (Madrid), es Dilawar Hussain F.C., conocido como ‘El Negro de Morata’. Además, él mismo ha confesado la autoría del crimen, así como que lo cometió como “venganza” por una deuda de alrededor de 60.000€. No obstante, fuentes cercanas a la investigación han señalado que el pakistaní incurrió en incongruencias en su exposición de los hechos.
Tras la detención, la Guardia Civil ha procedido al registro de su domicilio, ubicado en Arganda del Rey. Además, Dilawar, que actualmente está detenido en el cuartel de Rivas-Vaciamadrid como supuesto responsable de un delito de homicidio doloso por las muertes de los tres hermanos, ya estaba siendo buscado como sospechoso.
Esto se debe a que ya había agredido con anterioridad a una de las hermanas que aparecieron muertas y con signos de violencia. En aquella ocasión, Dilawar habría abofeteado a la mujer, también por las deudas económicas contraídas con él. Por lo visto, el presunto asesino convivió con los tres hermanos durante un tiempo.
En ese momento la víctima no denunció, pero posteriormente volvió a agredirla, aunque en esta ocasión empleó un martillo, con el que golpeó la cabeza de la mujer. Como consecuencia de aquellos hechos, el hombre fue detenido y condenado a dos años de prisión, de donde salió en septiembre del pasado año.
Por el momento, la Guardia Civil continúa investigando el caso, denominado Operación Calvario, siendo el ajuste de cuentas por una deuda relacionada con una estafa amorosa la principal hipótesis que se baraja.
Las dos hermanas asesinadas llevarían tiempo manteniendo una relación pseudoamorosa con supuestos militares estadounidenses a través de internet.
En un determinado momento, uno de los presuntos militares comunicó a las hermanas que el otro había muerto y necesitaba dinero para poder cobrar la herencia. Fue a partir de entonces cuando una de las mujeres empezó a enviar grandes cantidades de dinero.