La Audiencia Provincial de Salamanca condenó a una mujer a tres años y medio de cárcel por estafar casi 200.000 euros a un hombre que conoció en una red social.
Los hechos se remontan a junio de 2018, cuando la condenada comenzó a chatear con la víctima en una red social de juegos y, tras entablar una “gran amistad”, según recogió la sentencia mantuvieron el contacto hasta finales de 2021, sin llegar a tener una relación sentimental.
Durante este tiempo, ambas partes se vieron personalmente en solo dos o tres ocasiones, ya que el hombre residía en Salamanca y ella en Castilla la Mancha. Los mensajes, sin embargo, hacían que la relación estuviera «teñida de cierto tono o sesgo sexual, al intercambiar vídeos o fotografías con dicho contenido, y manteniendo hasta finales del año 2021 frecuentes contactos telefónicos, y un continuo y numeroso intercambio de mensajes de WhatsApp, pero, sin que ello desembocara en una verdadera relación de pareja o sentimental entre ellos», porque el hombre entonces se encontraba casado y, además, en ningún momento mantuvieron una convivencia personal, y solo llegaron a verse personalmente en dos o tres ocasiones, bien en Madrid, bien en el domicilio de ella.
La mujer, según los hechos probados, “al poco de ganarse la confianza” de la víctima, “comenzó a exponerle la situación de falta de liquidez y de disponibilidad de efectivo que padecía”. En un primer momento, comenzó a pedir cantidades de dinero “no muy elevadas”, a lo que el hombre accedió, y que fueron creciendo tanto en cantidad como en frecuencia hasta noviembre de 2021. Además, llegaron a suscribir un escrito de contrato de préstamo por la cantidad de 20.000 euros.
Para ablandar a su víctima, la ahora condenada le decía que la iban a echar de la casa en la que vivía y necesitaba numerario para alquilar un piso, que tenía pendiente de abonar una serie de cantidades por responsabilidades derivadas de una previa condena judicial por tráfico de drogas (pagos de abogados, multas, etc.), o que tenía un hermano con parálisis cerebral , que le iban a retirar la guarda de sus hijos menores, o que debía dinero a terceras personas que la amenazaban, etc.
Durante estos años, y llevando a cabo una “dinámica engañosa”, en la que hacía creer a la víctima que le devolvería todo el dinero, logró por medio “de numerosas y sucesivas transferencias” que el hombre le entregara la suma total de 217.666 euros, sin que hasta el momento le hubiese devuelto nada de lo prestado, pese a que él se lo solicitó mediante un burofax.
Tras analizar los hechos probados, la Audiencia Provincial condenó a la acusada como “autora criminalmente responsable de un delito continuado de estafa en concurso de normas con otro continuado de falsedad en documento privado”, con una pena de tres años y seis meses de prisión, además de una multa de diez meses diaria de cinco euros, además de a devolver al perjudicado la cantidad íntegra de dinero que consiguió.