La Policía acude al Liceo por la venta de entradas para Leo Harlem

Decenas de salmantinos que hacían cola ante la taquilla del teatro se quedaron sin sus entradas porque había volado en internet en menos de un cuarto de hora. Finalmente habrá otra sesión más, el 18 de abril
La Policía Nacional que acudió al aviso en la Plaza del Liceo.

Decenas de salmantinos se quedaron este miércoles con las ganas de sacar su entrada para ver el espectáculo de Leo Harlem, previsto para el 19 de abril en el Caem.

Hacían cola ante la puerta de las taquillas del Liceo, que es uno de los canales de venta de entradas para los espectáculos organizados por el Ayuntamiento.

La puerta abrió a las 11 horas, pero ya estaba todo el papel vendido. «Nosotras hemos llegado a las 11.05 y ya no quedaba nada. Se había vendido todo por internet», comentaba una de las salmantinas que se quedaron sin la opción de comprar su pase.

Y es que la venta por internet, a través de la web de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura, comienza a primera hora de la mañana y cuando viene alguien con tirón (de un tiempo a esta parte es difícil encontrar a alguien que no lo tenga) se agotan en un plis plas.

Como ocurrió este miércoles, que volaron en algo más de un cuarto de hora y, según se comentaba en la cola, hubo quien se llevó veinte de una tacada.

Hubo protestas de los que acudieron al Liceo para comprar su entrada en ventanilla, y desde la fundación se avisó a la Policía, quizá temiendo alguna revuelta popular que en ningún momento se insinuó.

El caso es que movilizaron a la Policía Nacional y a la Policía Local, para vigilar a unas decenas de salmantinos que seguían haciendo cola por si la productora conseguía que Leo Harlem hiciera doblete en Salamanca.

Finalmente, y tras agotar las entradas en pocos minutos, la Fundación Salamanca ciudad de Cultura y Saberes ha programado una segunda de la función del último espectáculo de Leo Harlem, “Deja que te cuente”.

Esta nueva función será el jueves 18 de abril en el CAEM y las entradas, que tienen un precio de 25, 27 y 30 euros, ya están a la venta en la taquilla del Liceo y en www.ciudaddecultura.org

En este espectáculo Leo Harlem hace un recorrido por los mejores monólogos de toda su trayectoria. Desde los metrosexuales a las ciudades españolas, el humorista trata temas tan cotidianos como la noche, la cocina moderna, los bares, las redes sociales, la ‘nuevas copas’, las comidas de autor, el deporte o las fiestas de pueblo.

Durante los 90 minutos que durará el espectáculo, el público se reirá a carcajadas escuchando los textos más hilarantes del cómico, en una compilación preparada para triunfar: un espectáculo al más puro estilo Leo Harlem.

Leo Harlem

Leo Harlem es uno de los mejores cómicos de España y uno de los humoristas más apreciado por el público y admirado por sus colegas de profesión. Ha participado en exitosos programas de televisión como “La hora de José Mota”, “El Club del chiste”, “Me resbala” o “Zapeando”. Su reconocida imagen le ha servido para saltar al mundo de la gran pantalla, interpretando tanto pequeños papeles como papeles protagonistas. Su última aparición en el cine fue en la película “El mejor verano de mi vida”.

2 comentarios en «La Policía acude al Liceo por la venta de entradas para Leo Harlem»

  1. Es me tira que en internet se pudieran comprar a primera hora. Yo estuve pendiente desde las 8 y hasta las 11 en punto no me dejo entrar para comprar. Y yo he conseguido comprar en la zona verde (las mas caras) a las 11:09.

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  2. Esto son ya los últimos coletazos de algo que está desapareciendo.

    El mundo de las entradas en papel, el dinero en efectivo y todo lo analógico está condenado a desaparecer. Los pobres abueletes que estaban esperando en la cola física se quedaron sin nada.

    Y eso que todavía dan estas opciones. Antes de que acabe la década lo digital estará tan normalizado que la opción «en papel», «en efectivo» será barrida por falta de uso, y, por desgracia, las cuatro personas que queden y que no se hayan adaptado a los nuevos tiempos, estarán desasistidas.

    Allá por 1985-1990 nos decían aquello de que «quien no sepa manejar ordenadores será como analfabeto». Muchos, entonces, nos lo tomábamos a risa y creíamos que era una exageración. Ya no reímos, no.

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