El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha propuesto enviar a juicio a Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), por el “beso no consentido” a Jenni Hermoso tras la final del Mundial femenino, así como por las presiones a la jugadora. Junto a Rubiales, Albert Luque, Rubén Rivera y Jorge Vilda también serán juzgados.
El magistrado Francisco de Jorge ha propuesto este jueves que Luis Rubiales sea enviado a juicio por el “beso no consentido” y las presiones posteriores a Jenni Hermoso para que esta reconociese públicamente que el beso fue consentido, exculpando así al entonces presidente de la RFEF.
Asimismo, serán juzgados por coacciones Albert Luque (director de la Selección masculina absoluta), Rubén Rivera (responsable de marketing de la RFEF) y Jorge Vilda (exentrenador de la Selección femenina). Sobre ellos, De Jorge ve indicios de una acción coordinada con Rubiales para “doblegar la voluntad de Jennifer Hermoso y conseguir que accediera a grabar un vídeo en el que dijese que el beso había sido consentido”.
Tras la decisión del juez, que ha firmado un auto para transformar la causa en procedimiento abreviado, la Fiscalía, la acusación particular y la defensa deberán presentar sus respectivos escritos, para lo que disponen de un plazo de diez días.
En sus conclusiones, De Jorge señala que el beso a la futbolista fue “no consentido y fue una iniciativa unilateral y sorpresiva” de Rubiales. No obstante, deja claro que, tanto “la finalidad erótica” o la falta de ella, como el “estado de euforia y agitación” en el momento del beso suponen “elementos cuyas consecuencias jurídicas deberán valorarse en el juicio oral”.
Tal y como señala el juez en su relato de los hechos, todo comenzó el pasado 20 de agosto de 2023, tras la victoria de la Selección española en el Mundial femenino. Durante la entrega de medallas, Rubiales “sujetó” la cabeza de Hermoso con las dos manos y, “de manera sorpresiva e inesperada” dio un beso en los labios a la jugadora.
Por su parte, Hermoso, “no se apercibió de la intención del querellado de besarla en los labios ni dio su consentimiento”. Además, “desconcertada y sorprendida”, no tuvo tiempo de reaccionar y optó por “restarle importancia” para seguir celebrando el triunfo del combinado nacional. Sin embargo, con el paso de las horas, su “euforia” tornó en “malestar” y sentimiento de “ofensa”.
Una vez en el avión de vuelta a España, Luque intentó convencer a la jugadora para grabar un vídeo que exculpara a Rubiales, a lo que ella se negó. Tras ello, el entonces presidente pidió a Vilda que hablara con el hermano de la futbolista para que la convenciera, sin resultado alguno. Además, Rivera también trató de convencer “de manera reiterada y persistente” a la española, pero, ante su negativa, intentó lograr su fin a través de una amiga de Jenni.
Finalmente, ante las “reiteradas negativas”, cuando las jugadoras de la Selección se encontraban de viaje en Ibiza, Luque “se personó en el hotel intentando forzar a Hermoso a hablar con él para convencerla de participar en el vídeo”. Todas estas presiones, indica el juez en su relato, causaron a Jennifer Hermoso “una situación de ansiedad e intenso estrés”.