Numerosos conductores cometen un error con sus vehículos bastante común y que puede dar lugar a importantes y costosas averías. Esto se produce al finalizar un viaje de larga duración, tras el cual el vehículo alcanza temperaturas elevadas y requiere de tiempo para refrigerarse.
Realizar un mantenimiento adecuado del vehículo es tan importante como evitar los errores y malas prácticas que dañan los automóviles y pueden provocar averías. Uno de ellos lo cometen numerosos conductores tras concluir un trayecto de larga duración.
Este error consiste en apagar el motor inmediatamente después de llegar al destino tras un viaje largo. Sin embargo, esto podría salir muy caro, ya que se trata de una acción que puede tener consecuencias fatales para los motores turbo tanto de gasolina como de diésel.
Esto se debe a que, al realizar trayectos largos por autovías o autopistas, el turbocompresor genera temperaturas muy altas, y al concluir requieren de un tiempo para refrigerarse. Si se apaga el motor, la turbina continuará girando sin recibir prácticamente lubricación, lo que puede afectar directamente a los rodamientos del coche, generando averías.
Por ello, para evitar averías en el turbo del vehículo, que puede suponer una costosa reparación, se debe dejar el motor del coche arrancado y al ralentí durante unos minutos al concluir un viaje largo. Gracias a eso, la temperatura del vehículo se reducirá considerablemente y el aceite lubricará tanto el turbo como las demás piezas.
