«Salamanca es privilegiada al tener investigación»

David Arranz. / ICAL. Xosé Bustelo, director científico del CIC en Salamanca.

El Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca cuenta con un nuevo director científico al frente. Xosé Bustelo sucede a Eugenio Santos después de 24 años en el puesto. El científico, coordinador del Programa de Mecanismos del Cáncer del Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer (CIBERONC), es uno de los responsables de la red científica CSIC-Cáncer del CSIC y su formación incluye un doctorado por la Universidad Santiago de Compostela y un periodo postdoctoral en Estados Unidos, además de acumular 170 artículos científicos, seis patentes y diversos galardones nacionales e internacionales en su palmarés.

Alba Familiar / ICAL. Bustelo encamina esta nueva etapa con el objetivo claro de atraer talento, financiación y cooperación al CIC, además de fortalecer la investigación básica y clínica para crear un centro “más dinámico y moderno”. Para ello, apuesta por fichar al Mbappé científico, pero también a alguna Vero Boquete, que lleven a conseguir un centro de investigación “cada vez mejor”.

Después de 24 años toma el relevo de Eugenio Santos. ¿Cómo afronta esta nueva etapa?
Con ilusión. El centro está en un buen momento, y hay que agradecer a Eugenio todo el trabajo que ha realizado durante estos 24 años. Nuestra tarea es dar un toque más moderno al centro, intentar incorporar nuevos investigadores e investigadoras y dejarlo mucho mejor para dentro los próximos 24 años.

¿En qué momento se encuentra ahora mismo el centro?
Después de 24 años, está reconocido a nivel regional, nacional e internacional. Hemos fichado a gente muy joven en los últimos años, tenemos como nueve grupos nuevos que han traído ideas nuevas, otro dinamismo, que es lo que se espera de los grupos jóvenes. Partimos de una situación privilegiada, de cero como hace 24 años. Ahora es simplemente mejorarlo y hacer que las cosas que hay que mejorar y que no funcionen bien, funcionen mejor.

El día de su presentación habló de buscar al “Mbappé científico”. ¿La búsqueda de talento joven es uno de los principales objetivos?
Yo siempre he apostado por el talento joven y creo que parte de un centro es renovarse. No podemos esperar a renovarnos cuando todos nos jubilemos, sino que esto es un proceso donde tienes que estar trayendo a gente continuamente, ayudarla a que crezca y que ellos ya tomen las riendas del centro. Sí que es verdad que dije Mbappé porque fue el primero que se me ocurrió, pero también alguna Vero Boquete tenemos que fichar, porque sí que es verdad que la brecha de género en los investigadores más senior todavía es grande y tenemos que solventarla. Aparte de tener gente joven, necesitamos gente muy buena, que nos traiga unas líneas muy competitivas y que pueda ser capaz de atraer financiación internacional.

¿En España hay buena cantera o hay que buscarla fuera?
El problema de la ciencia en España es solamente económico.
No es un problema de formación ni de cantera. Sería un problema que quisiéramos invertir en ciencia y no tuviésemos gente. Aquí tenemos una cantera de jóvenes investigadores buenísima que podemos atraer. Tampoco creo que el sistema científico tenga que basarse en atraer solo a españoles. Es lo más fácil, porque los españoles primero quieren volver y conocen mucho mejor el sistema. Los científicos extranjeros conocen menos nuestro sistema, prefieren otros como los anglosajones, por ejemplo. Yo creo que fundamentalmente queremos juventud, independientemente de la nacionalidad o del origen que tenga.

¿El Centro tiene recursos para atraer a los mejores?
Durante estos últimos años contamos con esta financiación de la Escalera de Excelencia de la Junta de Castilla y León que nos permitió dar una ayuda para convencer a los investigadores de que aquí podrían estar bien. Con ella hemos podido financiar personal, infraestructuras… Que fueron muy determinantes. En este momento estamos redactando la próxima Escalera de Excelencia que nos dará, al menos durante los próximos dos años, un poco más de aporte y financiación, entre otras cosas, para decirle a una persona: por favor, vente, pero no vengas simplemente por venir, sino que te vamos a ayudar para que, primero, sea más fácil tu transición desde el laboratorio extranjero aquí, y, por otro lado, para que todo el potencial que tengas, al menos, lo puedas desarrollar en los primeros años.

¿Seguir pidiendo financiación, también a instituciones, es otro de los objetivos para los próximos años?
Sí. Por un lado, tenemos que aumentar la financiación, sobre todo la internacional. Y por otro lado necesitamos una financiación institucional que nos permita que los costes basales del centro se puedan mantener. Hay que tener en cuenta que el centro no puede permanecer estático, porque afortunadamente las investigaciones cambian, las técnicas cambian, y eso supone que hay que tener cada vez infraestructuras nuevas, renovarlas, y eso supone un poco de dinero. Entonces, poder tener una financiación basal que nos permita hacer estas políticas con una visión más estratégica y más efectiva, obviamente es necesario.

¿Cuál es la situación de la mujer en la biomedicina?
La mayoría de la gente que estudia carreras de biomedicina son mujeres. Pero sí que tenemos un problema con las mujeres porque muchas de ellas después se abandonan, cuando acaban la tesis las perdemos, por lo que intentar traer a investigadoras principales es más complicado. No hay datos, no sabemos muy bien por qué ocurre, o las explicaciones que se dan son mucho de cliché. No lo sabemos y yo creo que sería bueno para el sistema, que es una pena, porque la verdad son gente formada que podría continuar perfectamente en ciencia.

En el caso del CIC partimos de que hace 24 años todos los fundadores éramos hombres y cambiar esa ratio es difícil. Pero lo estamos haciendo, por un lado, porque hay gente investigadora en el centro que puede dar ese paso a investigadores principales, y sobre todo intentar captar a gente buena y si son mujeres, mejor.

¿Cuál es la línea hacia la que se dirige el CIC?
Lo que queremos ser es un centro de investigación cada vez mejor. La otra base es que queremos hacer investigación básica y clínica y eso es lo que tenemos que fortalecer, hacer un centro cada vez más dinámico, más moderno en la gestión también. Tenemos que cambiar un poco la mentalidad de aumentar la cooperación porque ahora un centro de investigación no puede ser simplemente la agrupación de laboratorios, un centro de investigación tiene que tener un valor sinérgico per se, que el estar juntos nos permite hacer cosas más ambiciosas juntos también.

Un centro de cáncer no se entiende sin oncólogos y sin pacientes. Es muy importante, y ya lo estamos haciendo, integrar los canales con oncología médica como grupos asociados, y tenemos una labor muy importante con las asociaciones de pacientes, como la AECC. Todavía hay mucha gente que cuando le diagnostican un cáncer, se asusta y se pregunta si es culpa suya o no o qué tipo de tratamientos tiene que abordar. También es función del centro ayudarles a comprender mejor cómo funcionan estas cosas.

David Arranz. / ICAL. Xosé Bustelo, director científico del CIC en Salamanca.

En Salamanca sí que hay un punto fuerte en el tema de la cooperación, con centros como el IBSAL o el Hospital. ¿Diría que el CIC es privilegiado por estar aquí en Salamanca?
Sí, también diría que Salamanca es privilegiada por tener esta situación, porque si miráis por alrededor no hay muchas ciudades que tengan este potencial fuera de Barcelona, por Valencia, Sevilla o Madrid. Tener investigación favorece a las ciudades, porque si tienes centros de investigación activos, los pacientes van a tener más opciones, acceso a ensayos clínicos o a técnicas diagnósticas en estadio experimental que todavía no se han implantado en otros sitios. Creo que es un beneficio tener centros de ese tipo en una ciudad, también te aporta mucho a la ciudad per se.

De puertas hacia afuera, ¿cómo se podría colaborar con otros centros?
Ya lo estamos haciendo, porque por ejemplo participamos en el Centro de Investigación Cooperativa en Red de Cáncer, en programas cooperativos con otros investigadores o en proyectos de la AECC, entre otros. Hay que hacerlo, es una muestra de liderazgo, y si lideras, la gente te respeta como científico y te van a pedir colaborar. Para muchos problemas en cáncer Salamanca se nos queda pequeña, necesita reclutar a mucha más gente, por ejemplo, si quieres hacer un ensayo clínico-experimental tienes que reclutar a muchos más hospitales. A veces son problemas complejos que necesitas también la cooperación de otros investigadores y ese tipo de iniciativas cooperativas sí se están haciendo y yo creo que se harán más.

A nivel internacional tenemos varios proyectos cooperativos con Reino Unido o Italia, entre otros. La idea es fortalecerlos. Queremos dar un poco más de visibilidad al centro, que científicos vengan a centro a verlo, mediante visita, seminarios o congresos científicos. Este tipo de iniciativas son siempre muy multifactoriales, hay que atacarlas por muchos ángulos, pero si hay una estrategia coherente en los próximos años, lo vamos a conseguir.

¿Cómo puede afectar la Inteligencia Artificial a la investigación del cáncer?
Puede afectar mucho. Cada vez la información que tenemos sobre los pacientes es mayor. Hay que tener en cuenta que un paciente puede tener miles de mutaciones o alteraciones genéticas, y esto ya está sobrepasando a la inteligencia natural. Ahí la IA es muy importante, al igual que en el diagnóstico. Es el futuro, pero todavía para lo que es la asistencia, independientemente de que te apoyes en IA, el estar tú a tú, entre médico y paciente, sobre todo en oncología, es fundamental. Para nosotros es un tema muy reciente, todavía nos falta, pero estamos en un sitio en el que somos privilegiados porque contar en la ciudad con grupos como el de Juan Manuel Corchado es una oportunidad.

Deja un comentario

No dejes ni tu nombre ni el correo. Deja tu comentario como 'Anónimo' o un alias.

Más artículos relacionados

Te recomendamos

Buscar
Servicios