Febrero es un mes manso, pequeño, de azul claro y no hacer ruido a la hora del sueño. Me gusta, bañado por la luna, al sol de mediodía, sabio de paciencia y muestre lo posible de estar en invierno pareciendo primavera. Es de transcurrir sin sofoco, falte el ulular del viento y la amenaza de granizo. Fuente traslúcida de sosiego, leve como la suavidad de un beso, de avivar las flores y colores que comienzan. Febrero, de nevadas las cimas, hierba fresca y en el jardín de arrinconar las sombras.
Febrero, de sin ser poesía lo parezca para quienes en el pensamiento ponen imaginación y en el bregar del cuerpo entusiasmo, estancias para el querer que el horizonte esté cuajado de optimismo, abiertas las puertas de par en par, a la noche la alumbrasen las estrellas y en vez de puntas en las espinas crezcan delicias. Si se nos ha concedido la capacidad de crecer, bien está nos dé por mejorar lo bueno, que a poner reparos a lo que se deba cambiar.
Sin que nos metamos a arreglar el mundo de la política y renegar de quienes la ejercen cabalgando sobre las ruedas del rencor y la simplificación, digo que el sentir mayoritario de la ciudadanía es de tolerar la divergencia y resolver los problemas, pacífico el talante y sosegado el ánimo. Sería bueno que los que nos gobiernan y quienes son los primeros de la oposición, se concedieran uno a otro lo que piden para sí, olvidasen lo malo pasado y se dieran la mano llegados a acuerdos.
Lo de la “polarización” es un clavo con siete picos, el triunfo de la derrota, un camino intransitable. Con lo que tienen y saben quienes se pretenden guías, verlos ofrecer con las manos vacías e ignorar los merecimientos ajenos, inquieta y pone al borde de la hartura no pacten una tregua efectiva, desempantanen los conflictos y dejen de tratarse de villanos. Bueno es le pidamos cesen en los discursos pomposos, los insultos y tratarse de enemigos. En cuanto a nosotros, no temer se cumpla lo que dejó escrito Platón: “nadie es más odiado que aquel que dice la verdad”.
Licenciado en Geografía e Historia, exfuncionario de Correos y escritor
1 comentario en «Promesas y hechos»
Exacto Manolo aplicar en la política lo que se hace en el día a día, contribuir a mejorar lo que te rodea y el bien con los que convives ! Solo eso!
Compañero