La dinámica actual de mercado se asienta sobre varias contradicciones, entre otras:
- La debilidad que muestran algunos indicadores macroeconómicos y la fortaleza que reflejan otros.
- La contradicción entre los planes de los bancos centrales respecto a la posible evolución futura de sus políticas monetarias, y lo que los mercados esperan que los bancos centrales acabarán haciendo en realidad (los mercados siguen esperando más recortes de los tipos de interés y más rápidos que los anticipados por las propias autoridades monetarias).
- Y, para terminar de rizar el rizo, la propia lectura contradictoria que de todo lo anterior están haciendo los mercados (al final del día los mercados siempre acaban encontrando argumentos y fuerza suficientes para cotizar en positivo datos macroeconómicos y noticias con implicaciones o sesgos opuestos).
Ejemplos claros de todo ello tuvimos esta pasada semana en torno a las conclusiones de la primera reunión del año de la Reserva Federal (el miércoles), y los sorprendentes datos de empleo de enero, publicados en Estados Unidos (el viernes).
Este entorno contradictorio nos deja tres conclusiones básicas en estos momentos:
- La primera, que nadie —ni siquiera los bancos centrales— sabe realmente cómo evolucionarán las diferentes economías a lo largo de los próximos meses, porque hasta el momento la realidad es que las economías occidentales han sorprendido por su fortaleza y resistencia a una subida muy rápida e intensa de los tipos de interés.
- La segunda, que entre tanta contradicción todo el mundo puede encontrar hoy en día argumentos a su gusto o a favor de sus expectativas. Pero, con el paso del tiempo, estas contradicciones terminarán despejándose en un sentido u otro, y no todo el mundo podrá tener razón.
- Y la tercera, que el momentum de mercado, aunque excedido, continúa siendo, hoy por hoy, alcista.
El proceso de normalización monetaria, llevado a cabo por los bancos centrales a lo largo del último año, ha devuelto a la macroeconomía el protagonismo que ellos mismos le sustrajeron con la aplicación de unas políticas monetarias expansivas sin precedentes en la historia. En este sentido, nos encontramos al inicio de un nuevo ciclo macroeconómico y financiero.
En esta fase de transición y adaptación al nuevo entorno es normal que surjan estas a menudo incómodas y desconcertantes contradicciones, pero no olvidemos que es precisamente de estas contradicciones y de la confluencia de estas dinámicas conflictivas de donde surgen las mejores oportunidades de inversión. Acojamos por tanto esta inseguridad de la incertidumbre como lo que realmente es: fuente de oportunidad…
Félix González
Socio Director General
Capitalia Familiar EAF