“Con la enfermera escolar evitaríamos muchas enfermedades”

La enfermera escolar del Ceip Pablo Picasso de Salamanca, María Mosteiro Río, ha defendido la importancia de llevar a todos los centros educativos a este tipo de profesionales. Tal y como asegura, además de las propias labores sanitarias, pueden llevar a cabo acciones formativas tanto para los alumnos, como para los docentes y los padres, lo que evitaría muchas enfermedades, con el consiguiente ahorro para el sistema sanitario en el tratamiento de las mismas.

Actualmente, de las 1.243 enfermeras escolares que hay en toda España, 24 se encuentran en centros de Castilla y León, mientras que en la provincia de Salamanca el número apenas asciende a 10. Esto se debe a que “solamente estamos contratadas por una necesidad, es decir, por algún niño concreto que requiera 100% una atención”, expone María Mosteiro. Con motivo de su participación en las I Jornadas de Educación y Sanidad en Salamanca, organizadas por ANPE y Satse, La Crónica de Salamanca ha hablado con esta profesional, quien ha asegurado que, es “viable” llevar las enfermeras escolares a los centros y que “en otros países europeos ya se hace”.

Con el modelo actual, en los centros en los que no haya ningún alumno que requiera esa asistencia total, no hay enfermera escolar, “y eso que el resto de los alumnos siguen necesitándolo”, apunta la profesional sanitaria, lamentando que, “no se invierte en la prevención, no se lleva la enfermera escolar a los centros porque cuesta dinero”.

“La figura de la enfermera escolar es importante por un montón de cosas, empezando por la promoción y la prevención de la salud. Pero también porque hay un gran vacío de conocimiento en primeros auxilios o en hábitos saludables, muchos niños con enfermedades crónicas, muchos problemas con la obesidad, etc. Por tanto, sería una buena forma de sentar una base, formándolos en estas cuestiones desde que son pequeños”, expone Mosteiro.

Además de ello, “la enfermera escolar también sirve para descargar un poco a los profesores y a los padres de tener que estar haciendo la labor sanitaria ante las ‘mil’ urgencias de todo tipo que pasan a diario en los centros escolares, como caídas golpes o heridas. Además, ofrece una presencia sanitaria a quien consultar en caso de necesidad”.

La presencia de las enfermeras en los centros también “supone un respaldo al que recurrir en caso de que un niño se ponga malo, ya que, ahora, cuando un alumno comienza a sentirse mal tiene que irse a casa porque no hay nadie en el centro que pueda valorar si se trata de algo preocupante”. “Con las enfermeras escolares se podría hacer un seguimiento, comprobar si es un simple dolor o hay algo de base, incluso ver alguna enfermedad de salud mental que se puede estar escapando…”, añade.  

Volviendo a la labor formativa de la enfermera escolar, “realizamos talleres y actividades de todo tipo, tanto para los profesores y los padres, como para los propios alumnos”. Dentro de estas actividades, destacan las de formación en primeros auxilios, algo “crucial” que mejora la capacidad de los alumnos para salvar vidas o prevenir accidentes, “que son la primera causa de muerte en niños sanos mayores de un año”.

La otra gran temática de este tipo de talleres son los hábitos y alimentación saludables, así como la salud mental. “Con la figura de la enfermera escolar permanentemente, ahorraríamos mucho dinero de cara a futuro, ya que se evitarían muchas enfermedades como la obesidad, la diabetes… Porque si educamos desde pequeños, podríamos evitar muchos de estos problemas. Además, permitiría formar a los alumnos para salvar vidas. Por ejemplo, si formamos a los niños con cursos de reanimación, sabrán hacer un RCP…”, asegura la enfermera.

En el caso de la formación a los profesores, “da seguridad” a estos profesionales, ya que, como solamente hay una figura de enfermera escolar y “no podemos estar a todo”, estos siguen teniendo que hacerse cargo de algunas de las labores.

“La prevención es la intervención que más vidas puede salvar. Debemos poner en marcha todas las medidas posibles para conseguir que los centros escolares sean un entorno seguro para los niños. Y para ello es imprescindible la formación del personal y del alumnado, introduciendo los primeros auxilios en el currículo escolar”, concluye María Mosteiro.