Los problemas de salud mental se han agravado en los últimos años, siendo uno de los grupos de población más afectados el de los niños y adolescentes. Además, a raíz de la pandemia del coronavirus y con la expansión de las redes sociales, la problemática se ha agravado aún más. Pese a todo ello, los profesionales expertos en este ámbito escasean en los centros escolares, algo que agrava aún más la situación e impide tanto prevenir la aparición de estos problemas como solucionarlos una vez se hayan manifestado.
Entre los problemas de salud mental más comunes entre los jóvenes destacan los trastornos de la conducta alimentaria, la ansiedad, la depresión y las autolesiones. Además, dos de las principales cuestiones que han provocado un aumento de los mismos han sido la pandemia del coronavirus y la expansión de las redes sociales.
Así lo explican a La Crónica de Salamanca la psicóloga interna residente del hospital de Salamanca, Laura Fernández Alonso, y la enfermera especialista en Salud Mental, Laura Hernández González. Ambas han participado en las I Jornadas de Educación y Sanidad en Salamanca, organizadas por ANPE y Satse.
“Los problemas de salud mental se deben a muchas causas. Pero en jóvenes, a pesar de que la prevalencia y la incidencia iban subiendo progresivamente en los últimos años, hemos visto un pico muy alto sobre todo después de la pandemia, porque fue la gasolina que encendió muchos trastornos. Además, también influyen causas conceptuales, físicas y del ámbito de la persona, como pueden ser el entorno o las redes sociales”, expone Laura Hernández.
Siguiendo con las redes sociales, Laura Fernández lamenta que, “los niños ven por redes mucha presión por la imagen, exigencias sobre lo que tienen que hacer, ven formas de autolesionarse… Y empiezan a cogerlo como modelo, complicándolo todo mucho”. Además, añade que, “aunque pensamos que con las redes estamos más conectados, ocurre lo contrario, porque cada vez estamos más alejados humanamente de las personas, se habla menos en profundo, etc.”.
Por su parte, aunque el sistema educativo, “afortunadamente no provoca este tipo de problemas”, las situaciones de acoso sí que “pueden suponer un evento gatillo”, explica la enfermera. En este sentido, la psicóloga puntualiza que, “ahora se está agravando mucho con el ciberbullying, ya que el acoso no se da solamente en el momento del aula, sino que también se produce fuera del horario lectivo”.
No obstante, desde los centros se puede ayudar a combatir la aparición de trastornos de salud mental, por un lado, “desde la prevención primaria, que pasa por dar información” y, por otro, “con la prevención secundaria, algo en lo que los docentes tienen un papel importante, porque ven a diario a los alumnos y son agentes que pueden identificar si algo está pasando y dar la voz de alarma”, expone Laura Hernández.
Otros aspectos fundamentales son “conocer ciertos síntomas de alarma, así como dar un espacio para que los alumnos puedan expresarse y ver si está pasando algo”, añade Laura Fernández, recordando que los padres deben conocer la existencia del seguro escolar, “que cuenta con un psicólogo y un psiquiatra privados donde pueden ser atendidos sus hijos”.
Para encargarse de estas labores, actualmente en los centros educativos “están los orientadores, que hacen muy buen trabajo, pero se les podría dar más cabida y más funciones de las que tienen”, detalla Fernández, recalcando que, “sería bastante recomendable que existiera la figura de la enfermera escolar o que, cada cierto tiempo un psicólogo pudiera pasar a echar un vistazo, especialmente a los niños con factores de riesgo”.
Gracias a ello, “se podrían detectar mucho antes los problemas”, lo que supondría que la intervención fuese “mucho mejor”. “Lo que pasa es que a veces no se sabe muy bien lo que está pasando, se minimiza el problema alegando que ‘son cosas de niños’ y acaban llegando a Salud Mental con problemas que se están cronificando”. Al mismo tiempo, supondría que “los profesores puedan tener a mano un psicólogo o una enfermera con los que poder hablar de algún niño si le pasa algo”, pero también para que “puedan entrenarse para educar en competencias, para que los niños aprendan cómo resolver un problema, ver qué ocurre y cuáles son las diferentes opciones”.
Finalmente, tanto la enfermera como la psicóloga coinciden en que la salud mental actualmente “parece que está de moda”, pero “muchas veces está mal entendida” y aún “cuesta mucho dar el paso de ir al psicólogo”. Además, “en muchas ocasiones se tiende a patologizar y decir que se trata de un problema de salud mental cuando realmente no lo es”.
1 comentario en ««Los niños tienen mucha presión por la imagen»»
Pues algunas estamos en desacuerdo. Son los equipos de los centros de salud, bien dotados, los que tienen que conocer bien a los niños y detectar si están en dificultades y necesitan apoyo sicológico de una profesional. Lo otro entra dentro del concepto de «medicalización de la salud» con sus inherentes riesgos. Los centros de salud tienen que estar mejor dotados de psicólogas, enfermeras, trabajadoras sociales y médicas de forma que, trabajando en equipo, detecten estos problemas de salud mental y los traten en su centro.