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Tarde de blues en Salamanca

Silver Route Blues Band actúan este domingo, 18 de febrero, en el Music Factory a las 19.00 horas
Silver Route Blues Banda actúa este 18 de febrero en el Music Factory a las 19:00 horas.

Silver Route Blues Band es una banda salmantina actúa en el Music Factory este domingo, 18, a las 19.00 horas. Su estilo musical es el ´blues, blues rock, texas blues y delta blues´. No es común un grupo musical de estas características. Al menos, en una ciudad como Salamanca. Detrás de Silver Route Blues Band están: Manuel Martín, vocalista, Alfonso Olivares y Marcos Mauriz, guitarristas, José Ángel Piñero, bajo y Roberto Vega, batería.

Por. Lucía Almaraz Hernández

Entre todos redondean el sonido que estaban buscando y ofrecen un amplio repertorio de blues rock, que va desde el blues profundo del Delta del Misisipí, hasta el Chicago Blues, pasando por el Texas Blues, si renunciar a otras músicas de raíz afroamericana.

Tras terminar el 2023 con la participación en la programación de las Ferias y Fiestas de Salamanca desplegando el espectáculo blues en el parque Elio Antonio de Nebrija y con su primera salida a la Sala la Vaca de Ponferrada, la banda estrena el 2024 con el lanzamiento del primer single ‘Don’t let me cry’ y la presentación del mismo y otros temas nuevos en la Sala Music Factory el 18 de Febrero a las 19.00 horas.

La Crónica de Salamanca habla con dos de los jóvenes integrantes de la banda, Marcos Mauriz y Manuel Martín, guitarrista y vocalista respectivamente. Cuentan que el grupo se pone en marcha en 2021. “Me llamó otro compañero del grupo, Alfonso, porque ambos compartíamos profesor de guitarra aquí en Salamanca, y le pidió que le recomendara a alguien para montar un grupo”, cuenta Marcos Mauriz, guitarrista. Pese a que al principio no quiso formar parte de la banda, ahora reconoce que le encanta.

Por su parte, Manuel Martín fue el último en integrarse, llegó el año pasado, a través de una página: ‘Solo músicos´. “Siempre me ha gustado la música, he estado en la tuna… Y me apunté y conocí a Rober, el batería. Al principio me sentí un poco ajeno al grupo, yo no sabía lo que era el blues…”, reconoce Martín.

Algunos de los integrantes no cuentan con formación musical y, otros, han aprendido de forma autodidacta. El nombre del grupo es toda una curiosidad, tiene que ver con la Ruta de la Plata, como cada uno era de un sitio o tenían distintas procedencias, lo tomaron como un cruce de caminos, “porque también enlaza con una leyenda del blues muy reconocida, la de Robert Johnson, ´el creador del blues´, que vendió su alma al diablo para ser el mejor intérprete de blues del mundo”, cuenta Mauriz. Tomando esos elementos y juntándolo con la Ruta de la Plata nace Silver Route Blues Band.

El feeling y un buen ambiente entre ellos es uno de sus puntos fuertes. “En general, llegamos a acuerdos, hay muy buen rollo, quedamos para tomar unas cañas o un café…”, explica Martín y Mauriz puntualiza: “Hacemos piña, y eso es muy importante”.

En principio, no tienen ninguna pretensión con las letras de sus canciones, simplemente buscan hacer versiones y música propia que la gente escuche y pase un buen rato.

En Salamanca han actuado en la Sala B del Caem, en las ferias, en el Nebrija, en Doñinos… Y recuerdan su primer concierto en el Fonseca, como si fuera ayer… Ahora, lo ideal es ir creciendo. “me gustaría mucho tocar en la plaza de un pueblo”, cuenta con entusiasmo Mauriz. “Hace poco lo hemos hablado y nos encantaría, aunque es complicado”, añade su compañero.

Además de tocar, también son sus propios representantes. “Esto lo hemos hablado. Uno de nuestros mayores problemas es cuadrar las agendas, entonces si tuviéramos un representante y nos fija unas fechas que no hemos consensuado entre nosotros, no podríamos hacerlo”, apunta Martín.

“Es un hobby, tenemos nuestros trabajos, familias…” añade, “por supuesto, nos gustaría vivir de ello”, apunta el guitarrista.

Además, Mauriz recalca que “soy muy purista, a mí los ensayos me gustan mucho y los conciertos”, a lo que Martín complementa con que “ya son mis amigos y pasar tiempo con ellos me gusta, pero los conciertos son increíbles”.

La gran pregunta para ellos, ¿por qué no moverse en otros géneros musicales? “Es un debate muy interesante, tú quieres tocar un determinado género, dentro de un género hay muchos subgéneros…” explica Mauriz. “Yo llegué y lo cambié un poco, (risas). Tiramos más para el rock” señala entre risas Martín.

Al final, “hay que ir a zonas un poco pantanosas para que todos estemos cómodos”, dice Mauriz.

Manuel Martín y José Ángel Piñero se encargan de la composición de los temas. Su nuevo single, ´Don´t let me cry´ está marcado por un impresionante proceso creativo. “´Don´t let me cry´, el boceto inicial lo hice yo, la verdad es que cuando compongo, lo hago un poco por ´flashes´, digamos, una idea que te viene a la cabeza de forma repentina, de hecho, tengo el móvil lleno de audios con ritmo de música, que yo voy por la calle, se me ocurre y lo grabo, a partir de ahí hago el boceto. Ese día fue una tarde de verano, que había quedado a cenar con unos amigos y llegué tarde porque se me ocurrió la idea e hice un boceto rápido en un papel” explica Martín.

Tienen muchas ganas de tocar otra vez en la ciudad charra e invitan a todo el mundo que quiera pasar un buen rato a ir al Music Factory, pues su público es muy variado en edad, de 20 a 60, no es una música que a nadie le vaya a echar para atrás.

También apoyan a sus compañeros charros que se dedican a la música porque “al final, lo local trasciende a lo nacional y, luego, a lo internacional, es como una cantera de fútbol, si tú no la apoyas y la cultivas no llega lejos…” cuenta Mauriz.

Finalmente, agradecen al Ayuntamiento de Salamanca las ayudas que les proporcionan para poder tener un lugar en el que cultivar y desarrollar sus ensayos. Lo hacen en el Arcane, unos locales que se sitúan en la plaza del Oeste y otro El Montalvo.

Y aunque los Reyes Magos ya quedan un poco lejos, “por pedir, (risas), estaría muy bien que hicieran un local de ensayos municipal que no solo abarque la música, aunque sea un centro cultural, porque esto no deja de ser una empresa privada, que da miedo que nos dejen huérfanos si el día de mañana cierran… Algo municipal te daría esa tranquilidad” opina Mauriz.

En estos recintos quedan un día a la semana para ensayar. “Intentamos ser un poco estrictos, dentro de lo posible”, quedan todos los martes de 20:00 a 22:00 horas, “que es cuando podemos” apunta Martín, aunque Mauriz cree que “yo pondría más, (risas)”.

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