El topillo | Pasando de Stevie Wonder

Han sido muchos los políticos que han tenido problemas con los controles de alcoholemia, lo que no sabremos nunca es cuántos políticos no se cortan un pelo en la ingesta de alcohol valiéndose del privilegio de disponer de coche y conductor oficial
El cartel de la campaña de la DGT.

¿Quién te ha dicho a ti las copas de vino que yo tengo o no tengo que beber? Sonada fue la pregunta que se hizo José María Aznar en 2007 durante su intervención a los postres de una comida en Valladolid en la que recibió la medalla de honor de una denominada Academia del Vino de Castilla y León de la que nunca más se supo. (Un primer inciso: A estas alturas de siglo, Aznar no se ha dignado en recibir la Medalla de Oro de las Cortes de Castilla y León que le fue concedida, al igual que al resto de los ex presidentes de la Junta, en diciembre de 2006).

El expresidente aprovechó aquel discurso para arremeter contra la enésima campaña desplegada por la Dirección General de Tráfico advirtiendo de la letal mezcla entre alcohol y conducción, algo sobre lo que dicho organismo venía machacando desde 1985, año en el que Stevie Wonder hizo célebre el eslogan “Si bebes, no conduzcas”. (Segundo inciso: Antes de descubrir las bondades del vino, especialmente del de Ribera del Duero, Aznar había acompañado sus primeros lechazos en Valladolid bebiendo Coca-Cola).

El caso es que desde entonces han sido muchos los políticos que han tenido problemas con los controles de alcoholemia. El último ha sido un concejal del PP en el ayuntamiento de Burgos, Fernando de la Varga, que se ha visto forzado a dimitir después de hacerse público su positivo en un control de la policía municipal. Y digo forzado porque dicho positivo se produjo 10 días antes de que la emisora Radio Arlanzón informara en primicia del percance.

De la Varga, que en el gobierno compartido por PP y Vox se ocupaba del área de Turismo, ha visto abruptamente segada su incipiente carrera política. Pero no debe desesperar. Ser cazado in fraganti conduciendo bajo los efectos del alcohol no presupone quedar inhabilitado para seguir desempeñando cargos públicos o seguir viviendo del cuento político.

Ahí está el caso de Daniel Llanos, el concejal del PP en el ayuntamiento salmantino que en mayo de 2021 dimitió, bien es verdad que con fórceps, tras triplicar la tasa de alcohol en un control de la policía local. Ni siquiera había transcurrido un año cuando, en abril de 2022, su paisano el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, le nombraba asesor, de lo que ejerce en el Colegio de la Asunción con un salario anual de 46.770 euros.

Tampoco fue óbice ni cortapisa para que repitiera en su escaño la procuradora socialista por Zamora Inmaculada García Rioja. En octubre de 2020 la veterana política, médico de profesión, dimitió “por razones personales” tras triplicar la tasa de alcohol en un control. Pues bien, en marzo de 2022 García Rioja presidía la Mesa de Edad de la sesión constituyente de las Cortes electas en los últimos comicios autonómicos, en los que volvió a formar parte de la candidatura del PSOE zamorano.

Por contra, la que vio truncada su prometedora carrera política fue la exvicepresidenta de la Junta Rosa Valdeón, quien primero dimitió de dicho cargo y después de su escaño de procuradora tras superar la tasa en sendos controles de alcoholemia. Lo suyo fue reincidencia.

Mejor suerte corrió el incombustible Alberto Gutiérrez Alberca, cuyo positivo en un control mientras era concejal de Valladolid no le impidió prolongar su trayectoria política, que por el momento se extiende a 28 años consecutivos encadenando cargos públicos. Para mayor sarcasmo, el que ocupa actualmente es el de delegado general de Tráfico y Movilidad en el gobierno municipal que comparten PP y Vox en la capital vallisoletana.

Tampoco tuvo ninguna consecuencia para su carrera política el positivo que registró en 2008 el entonces diputado del Congreso Luis Tudanca, quien fue sancionado con una multa de 450 euros y la retirada de 4 puntos del carnet de conducir después de superar la tasa de alcohol en un control de la policía municipal de Burgos. Lo más llamativo de este caso es que no se conoció públicamente hasta nueve años más tarde, en junio de 2017, cuando el diario “El Norte de Castilla” se ocupó de informar del desliz. Lógicamente, el PP le reprochó su actitud ante el caso de Rosa Valdeón, cuya dimisión de todos sus cargos había exigido desde que la política zamorana incurriera en su primer positivo (septiembre de 2016). Manifiesto ejemplo de lo de «Consejos vendo, que para mi no tengo».

Lo que no sabremos nunca es cuántos políticos no se cortan un pelo en la ingesta de alcohol valiéndose del privilegio de disponer de coche y conductor oficial. Me da que no serían pocos, ni poco irrelevantes, los que soplarían yendo soplados.

elblogdepedrovicente@gmail.com

Deja un comentario

No dejes ni tu nombre ni el correo. Deja tu comentario como 'Anónimo' o un alias.

Más artículos relacionados

Te recomendamos

Buscar
Servicios