En 1972, un vuelo procedente de Uruguay se estrella en un glaciar en los Andes. Solo 29 de sus 45 pasajeros sobrevivieron al accidente. Atrapados en uno de los entornos más hostiles del planeta, se vieron obligados a luchar por sus vidas. A los diez días los dieron por muertos y dejaron de buscarlos, pero aguantaron 73 días hasta que lograron contactar con un arriero que los devolvió a la vida.
Gustavo Zerbino, superviviente de la tragedia de los Andes, estuvo este jueves en Salamanca para participar en la presentación del nuevo hospital privado que el Grupo Recoletas Salud construirá en Carbajosa. Solo verlo allí, en la tarima, impresiona.
Su conferencia dejó sin respiración a los más de cien asistentes, sanitarios en su mayoría, narrando cómo se vivió la odisea en medio de los Andes y cómo consiguieron salir cuando ya los habían abandonado a su suerte en medio de la nieve y el hielo.
Más allá de lo tremendo de comerse a sus amigos muertos para sobrevivir, contó en primera persona cómo vivieron aquellos meses, y las enseñanzas que se extraen de aquello. Lo fundamental en la vida, no quejarse. Ellos dejaban sin comida al que lo hacía. Solo murieron los que sufrieron lesiones incompatibles con la vida en el accidente, pero ninguno murió de frío. Todos se masajearon y golpearon entre sí para evitar las congelaciones y edemas.
«Es una historia de amor, amistad, solidaridad y sacrificio. Caímos en el valle de las Lágrimas, sin vida y una zona donde no había pisado el hombre. Reinaba la muerte. El mundo nos abandonó. A los diez días nos dieron por muertos, pero no dejamos de luchar juntos para honrar a la vida», dijo Zerbino cuando el auditorio ya estaba sin parpadear. Ellos distribuyeron roles y prohibieron quejarse, para dejar espacio solo a la solidaridad, sacrificio y humildad. Y lo lograron.
Estos son algunos aforismos que desgranó durante su intensa intervención que están en el el libro ‘La Sociedad de la Nieva’ que dio título también a la película de Bayona, candidata al Oscar. Lo que les llevó a culminar la hazaña de sobrevivir.
«El verdadero liderazgo en la vida tiene que estar basado en el amor y la vocación de servicio»
«Primero hay que ofrecer para recibir»
«La confianza es lo único en la vida que genera resultados»
«Solo hay que levantarse una vez cada vez que te caes»
«Venimos a la vida sin ser invitados y nos vamos sin darnos cuenta»
«Lo único que tenemos en la vida es tiempo y tenemos que invertirlo con amor y gratitud»
«Si la mente la llenamos con carencias (quejas) la vida se hace más pesada»
«Si te quejas eres parte del problema y retrocedes»
«Cuando acepto que tengo un problema empiezo a ser parte de la solución»
«Nos manipulan toda la vida con el miedo y la culpa. Eso te quita la energía»
«El error y el fracaso no existen. Solo existe el aprendizaje»
«La familia es el motor que nos lleva todos los días a levantarnos para que los nuestros logren»
«Somos analfabetos emocionales. No conocemos nuestras emociones»
«La gratitud es una de las acciones más escasas. Hay que practicarla»
«La mente ve lo que falta. Esa es la queja»
«Tenemos que empezar a mirar con los ojos»
«No te preguntes lo que no entiendes, pero no te quedes quieto»
«Nunca dejes de luchar por lo que deseas»
«Lo importante no es lo que te pasa, sino lo que hacemos con lo que te pasa»
«Hay que estar preparado para lo peor pensando lo mejor para vivir con ilusión y esperanza»