El paleontropólogo Juan Luis Arsuaga, director científico del Museo de la Evolución Humana en Burgos, aseguró este viernes en Valladolid que “el humor consiste en desafiar o alterar la lógica”, y apuntó que la ausencia de sentido del humor “es una buena forma de detectar a los psicópatas y a los dictadores”, ya que “no toleran que se cuestione ninguno de sus principios”.
ICAL. Así lo apuntó en declaraciones recogidas por Ical durante su encuentro con la psiquiatra irlandesa Veronica O’Keane en la primera jornada del VII Foro de la Cultura en el Teatro Calderón de Valladolid, que este año lleva por lema ‘Perdonen que me ría’, para analizar el humor desde diferentes perspectivas.
En una charla bautizada por los organizadores como Homo comicus, los dos pensadores reflexionaron sobre el papel del humor en la supervivencia de la especie humana a lo largo de los siglos, y lo hicieron mediante lo que la irlandesa calificó como “un diálogo socrático” en el cual intentaron ir develando los “múltiples niveles y capas del humor”, algo que como apuntó ella “no es exclusivo de los seres humanos, aunque sí somos más propensos a su uso que otras especies menos bioevolucionadas”.
Arsuaga confesó que fue él quien, tras recibir la invitación a participar en el Foro, pidió que su compañera en esta “aventura del conversar” en Valladolid fuera la prestigiosa psiquiatra irlandesa, de quien no se cansó de recomendar su ensayo El bazar de la memoria, que cuenta con una edición traducida al castellano y que “nos habla de la mente humana pero desde un enfoque diferente”.
En su intervención, Arsuaga aseguró que “las personas que sufren trastornos o problemas mentales pierden la motivación y el sentido del humor, se vuelven más serias o tristes”, ya que es una cualidad “asociada al tono vital”. Además, aseguró que “hay diferencias entre el humor de los adultos y el de los niños”, ya que, a su juicio, estos últimos “no saben contar chistes y no los entienden porque los chistes consisten en no seguir la lógica aristotélica, que parte de unas premisas y se erige una conclusión”. “El humor consiste en que de las premisas no se deduzca la conclusión y nos sorprenda, el final debe ser inesperado. Eso nos lleva a la cuestión de si un algoritmo puede hacer humor, porque los algoritmos se basan en procesos lógicos”, detalló.
Contra esa opinión discrepó O’Keane, quien defendió que “los niños no entienden los chistes, pero sí tienen sentido del humor”, recordando una anécdota con sus llaves de casa con su bebé de 16 meses, que fue capaz de entender el proceso mental por el que su madre estaba pasando al no encontrar las llaves, para hacer chanza de ello.
Cuestionada por la moderadora, la periodista de RNE Mamen Asencio, sobre si se puede usar “la risa como medicamento contra la depresión”, centró su intervención en los afectos para asegurar que “nuestras emociones son contagiosas, y la depresión nos aleja de nuestras emociones y de las de los demás”. “Cuando sufres depresión es como si te encontraras perdido, dentro de una habitación coronada por una nube negra, en la cual no puedes comunicarte contigo mismo ni con el resto de personas que te rodean. Pierdes el sentido del humor porque pierdes el vínculo con el resto”, recordando la experiencia vital de León Tolstói, que cuando era toda una celebridad en Rusia y tenía muchísimos hijos sufrió una crisis existencial que le llevó al borde del suicidio, debido al vacío vital que le impregnaba. “No hay terapias de humor contra la depresión, pero sí podemos intentar reconectar a través de él”, apuntó.
Apertura oficial
La charla comenzó después de que la concejala de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, Irene Carvajal, y la subsecretaria de Cultura en el Ministerio, Carmen Páez, realizaran sendas intervenciones para proceder a la inauguración oficial de la séptima edición del Foro. La primera de ellas, se refirió al lema de esta edición, ‘Perdonen que me ría’, para explicar que “sugiere ironía, incredulidad, sarcasmo, y humor, este último como elemento que enmarca el ritmo social y cultural de las sociedades”.
Además, aseguró que el Foro de la Cultura “es un polo de intercambio de valores y fortalezas, con ponentes de primer orden. Una fuente de creación de relatos, en la que participan de manera transversal todas las áreas de nuestra vida”. Por último, reivindicó “un humor serio, no hiriente, crítico, reivindicativo, que nos hará sonreír”.
Por su parte, Carmen Páez defendió que el Foro “es una de las grandes iniciativas que hay para reflexionar conjuntamente y abordar espacios de debate, diálogo y encuentro, que nos permitan entender nos, a través de la cultura, con una óptica poliédrica”. “El Foro nos enfrenta a un aspecto esencial de los que conforman nuestra manera de estar en el mundo: el humor, sus mecanismos, polémicas y capacidad para encender conciencias”. A su juicio, se trata de “un tema de alcance universal”, que “es transversal a toda la sociedad pero al mismo tiempo particular. Es un rasgo cultural que identifica las comunidades y que define cómo somos, un complemento perfecto de lo racional y lo lógico, una herramienta inmensamente poderosa”.