Los contagios por infecciones de transmisión sexual (ITS) están alcanzando máximos históricos y así lo demuestran los datos del último informe de vigilancia elaborado por el Ministerio de Sanidad. La gonorrea, la clamidia y la sífilis llegan a su tasa más elevada desde que hay registros. De hecho, en el caso de esta última, los contagios en España se han multiplicado por ocho en apenas 20 años pasando de poco más de 1.000 a más de 8.000 casos. Los profesionales sanitarios lo achacan a un aumento de las prácticas de riesgo y a una relajación generalizada. Opinan que la población, especialmente la más joven, ha perdido el miedo al contagio. “Creo que es cuando más información tienen pero la usan menos que nunca. Se lo toman muy a la ligera y ni ven el peligro, ni son conscientes de lo que conlleva. Se creen inmunes a todo”, lamentó Cristina Cancho, médico de Atención Primaria en Palencia.
A. Míguez / ICAL. A su consulta llegan cada vez más pacientes con síntomas que hacen sospechar de una posible infección y cree que la sociedad comete el error de pensar que el preservativo debe utilizarse exclusivamente cuando se quiere evitar un embarazo no deseado. Es una idea cada vez más implantada entre los jóvenes y adolescentes. Así lo refleja el hecho de que la mayor incidencia de contagio se produce en los varones de entre 20 y 24 años.
Cabe destacar que algunas enfermedades como la sífilis, causada por una bacteria llamada Treponema pallidum, se creía casi erradicada en España pero en los últimos años ha vuelto a resurgir. “Nunca ha desaparecido del todo pero estaba casi olvidada. Fue a partir del año 2000 cuando se empezó a detectar un incremento que no ha parado”, explicó Cancho. Son, en su mayoría, infecciones asintomáticas lo que deriva en una mayor transmisión. “Hay gente que no sabe que lo tiene. Existen personas que son portadoras de la enfermedad y lo están contagiando sin ser conscientes de ello. Muchos se enteran cuando ya ha transcurrido bastante tiempo y el daño ya está hecho. Por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) la llama epidemia silenciosa”.
Cancho apuntó además, que sigue existiendo un gran secretismo en torno a estas enfermedades y quienes las padecen. “Lo ideal sería que cuando una persona descubre que ha contraído una ITS se lo comunicara a todas aquellas con las que ha mantenido relaciones sexuales para frenar la cadena de propagación pero, lo cierto, es que suele darles mucho reparo y no siempre lo hacen”. Eso dificulta una detección temprana y provoca mayores secuelas para el paciente. “Es peligroso porque además, entre ellas se atraen y son concomitantes. Siempre que existe una úlcera o una herida abierta hay más probabilidades de que esa persona pueda contraer VIH o hepatitis”. Por eso, recuerda que la obligación de los profesionales sanitarios es “anticiparse” y hacer una evaluación completa del paciente para descartar posibles complicaciones como, por ejemplo, infertilidad o enfermedades pélvicas en el caso de las mujeres.
Ese es uno de los motivos por el que es importante acudir a las revisiones médicas ya que es la “única herramienta capaz de poner en preaviso y dar la voz de alarma”. “Algunas ITS necesitan de un cultivo especial, pero otras pueden detectarse con un sencillo análisis de sangre. Por eso, es fundamental acudir de manera rutinaria y hacerse chequeos médicos”, apuntó Cancho. Una opinión que comparten desde el Comité Antisida de Palencia. Demandan una mayor formación afectivo-sexual en los institutos. “No sé cual será el motivo, pero el mensaje de la prevención no está calando entre los más jóvenes”.
En la década de los 80 o los 90, el miedo a contraer VIH o SIDA corrió como la pólvora. En las televisiones se emitían agresivas campañas de publicidad con eslóganes que todavía permanecen en la memoria colectiva como el famoso ‘póntelo, pónselo’. Todo eso ha desaparecido. Las nuevas generaciones tienen más facilidades, más medios, más fuentes y más herramientas. Sin embargo, es precisamente esa sobreinformación, la que puede provocar una mayor apatía o insensibilidad con respecto a ciertos temas. “Es desastroso que los jóvenes de ahora tengan los mismos miedos o las mismas dudas que los nacidos en 1980. Se ha avanzado en otras materias pero en esto no. Las campañas de sensibilización fueron muy eficaces, pero cuando dejaron de emitirse en televisión, el problema desapareció para la gente”, aseguró Bárbara López, presidenta del comité.
“La concienciación no se consigue de un día para otro y hay que insistir a la gente. Conductas ahora normalizadas como, por ejemplo, el hecho de reciclar, ponerse el cinturón de seguridad o dejar de fumar se han ido logrando a base de repetir y sensibilizar. Sin embargo, en el ámbito de la educación sexual, todavía nos queda mucho camino que recorrer”, lamentó María San Martín, educadora social de la entidad. Solo el año pasado se registraron dos nuevas infecciones de VIH en la provincia de Palencia elevando a casi 80 el número de contagios en los últimos doce años. Por eso, tanto desde el Comité Antisida como desde el ámbito sanitario, se trabaja diariamente para erradicar las ITS haciendo suyo el dicho de que prevenir, siempre es mejor que curar.